La profundización de la apertura neoliberal de la economía  implica entre otras consecuencias nefastas para nuestro futuro el desarme de nuestro sistema nacional de investigación, un objetivo prioritario de las empresas como Bayer y Monsanto que quieren ser los dueños exclusivos de la innovación tecnológica para cobrarnos royalties por todo.

Al frente de esta nueva realidad continúa el cínico y ubicuo  Lino Barañao, el que ya estaba, o sea el responsable de dejarnos ‘la pesada herencia’; el  falseador que en su momento denostó a Andrés Carrasco, el investigador que denunció tempranamente el significado que tendría la adopción del modelo de agricultura industrial impuesto por Monsanto en base al uso del Glifosato.

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El siguiente resumen está extraido de una nota de Clarin.com del 21/12/2016

«… El problema surge de un mal manejo de las anteriores autoridades del organismo: Aprobaron a casi 900 investigadores cuando no hay prepuesto que respalde esa incorporación».

“No los vamos a dejar en banda. Vamos a trabajar para que entren a un organismo público que hace ciencia o a una universidad”, dijo a Clarín una fuente del Ministerio de Ciencia y Tecnología que está al tanto de las negociaciones en este conflicto. Se refiere a organismos como el INTI, el INTA, CONEA, entre otros, a los que -dice- “el gobierno busca fortalecer”. Esos organismos tienen sus propias carreras científicas y el Gobierno ve allí una buena opción para el desarrollo de los científicos que habían sido aceptados y se quedaron sin lugar en el Conicet.

De acuerdo a la versión oficial, “no hay recorte en el Conicet y menos una situación asfixiante”. Si bien admiten que casi el 60% de investigadores fueron excluidos del inicio de la carrera, la fuente afirma que este año lograron un 47% de aumento de presupuesto para el Conicet y que el problema surge de un mal manejo de las anteriores autoridades del organismo. “Aprobaron a casi 900 investigadores cuando no hay prepuesto que respalde esa incorporación. Para hacerlo efectivo tendríamos que haber obtenido más del 100% de aumento para el área”, afirma.

Y agrega: “Algo similar pasó con los investigadores que ingresaron en 2015: la mitad no tuvieron respaldo presupuestario. Y nosotros en marzo tuvimos que pedir partidas extra para poder pagarles, que representaron un 20% más de presupuesto”, dice. Clarín no logró ayer hablar ni con el ministro Lino Barañao ni con el titular del Conicet Alejandro Ceccatto.