URUGUAY Y ARGENTINA, DISTINTOS PERO EN RELIDAD LO MISMO

 

Diferentes identidades políticas provocadas por intereses que siempre hemos permitido decidan por nosotros nos dan dos nombres, dos banderas, dos himnos, y varios pares de diferenciaciones más; aunque la realidad es que, salvo por detalles, somos lo mismo; podemos decir sin exagerar que tenemos culturas y realidades clonadas.

URUGUAY Y ARGENTINA DOS PAISES, UNA SOLA REALIDAD

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Nuestro destino también se hermana en los roles que nos han asignado los países poderosos en el siglo XXI: ser proveedores de materias primas y recursos naturales sin elaborar, o casi, para sostener el consumo irracional de los países que nos controlan.

Y también en dirigencias políticas que llegan al poder con un discurso, para luego cambiarlo antes que anochezca el día de su asunción, por otro, diametralmente opuesto, en nombre de un presunto realismo político que no es más que renovada traición histórica a sus mandantes.

Pero los fríos números que describen nuestras respectivas realidades económicas también nos hermanan, con la feroz sinceridad con que la matemática suele informarnos lo que realmente somos, más allá de la retórica edulcorada y mentirosa de los gobernantes de turno.

Tenemos un PIB per cápita casi idéntico, (US) 12.449.- Argentina y 12.623.- Uruguay, aunque el gobierno actual de este último país resolvió hace un par de años mentirle a sus ciudadanos (US) 15.220.- incorporando a su computo las transacciones comerciales que efectúan los países extranjeros desde sus zonas francas, lo que incrementa su monto en un 17%, unos 9.000 millones de dólares en valor absoluto, incorporando la conciencia culposa a sus cuentas públicas, para mentir una prosperidad dibujada, que solo alcanza a los burócratas y cómplices del saqueo y se le niega al grueso del sufrido pueblo que todos los días asiste al recorte de sus ingresos reales ya sea en forma de reducción del salario real o en quita de beneficios sociales.

Lo que refleja mucho mejor lo que somos es el coeficiente de Gini, que es una medida de la desigualdad creada por el científico italiano Corrado Gini, que utiliza la ONU para medir la desigualdad en los ingresos dentro de un país           Aunque también puede utilizarse para medir la desigualdad en la riqueza

De acuerdo con Naciones Unidas… un coeficiente de Gini superior a 40 es alarmante, ya que esto indica una realidad de polarización entre ricos y pobres, siendo caldo de cultivo para el antagonismo entre las distintas clases sociales pudiendo llevar a un descontento o agitación social.

Pues bien, en Argentina este valor es 42,7 y en Uruguay, una cifra casi idéntica, 41,32, o sea que la desigualdad social en nuestros clonados países también lo está.     Ambos somos naciones ricas con pueblos pobres y eso, de acuerdo a Naciones Unidas, genera una exasperante diferencia de clases que nos pone en peligro de conflictos sociales que pueden en cualquier momento terminar con la paz social.

El presidente uruguayo habitualmente discursea a sus gobernados una inexistente prosperidad que la realidad indica nunca llega al pueblo.     Simultáneamente el presidente argentino esta semana declaró en la provincia de La Rioja:… la Argentina hoy está creciendo aunque esa prosperidad todavía no llegó a todos los argentinos (SIC). Como diría un paisano: el mismo collar para distinto perro.

Y mientras ambos presidentes ofrecen con sus discursos clonados prosperidades que siempre se ubican en la línea del horizonte, alejándose a medida que supuestamente nos acercamos a ellas, la realidad es que están embarcados en los mismos programas económicos basado en la profundización del modelo extrativista, de contaminación de la naturaleza y envenenamiento de la vida, que nos ha sido asignado por nuestros depredadores.

 

 

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