PORQUÉ EUROPA RENUEVA LA LICENCIA AL GLIFOSATO

La noticia tomó de sorpresa a algunos desprevenidos pero no a los analistas que conocen el doble estándar de Europa en general y Alemania en particular sobre las cuestiones ambientales (y otras también).

PORQUÉ EUROPA RENUEVA LA LICENCIA AL GLIFOSATO

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Basta recordar los juicios multimillonarios que están enfrentando las principales automotrices alemanas por estos días, BMW. Mercedes Benz, Porsche, Audi, Volkswagen y empresas subsidiarias por haber usado un software deliberadamente falsificado para falsear los datos de emisiones nocivas de sus automóviles diésel y así engañar la legislación internacional cada vez más restrictiva con este tipo de vehículos
Repasemos: Alemania se ha auto postulado reiteradas veces para el sitial de ‘país verde’ europeo por su decisión de abandonar el uso de la energía nuclear para la generación eléctrica, pero simultáneamente se niega a dejar el uso del carbón con ese fin, lo que la transforma en una nación líder en la generación de gases de efecto invernadero.
Los intereses de los controladores de la economía alemana en este tema son tan fuertes que por ejemplo por estos días le impiden formar nuevo gobierno a la canciller Ángela Merkel que necesita el apoyo del Partido Verde alemán, con este fin, pero los verdes no se lo dan porque Merkel se niega a asumir el compromiso de abandonar el uso de carbón en 2.030.-
La coalición actualmente gobernante, que lidera la democristiana Merkel tiene como aliado estratégico en el actual gobierno que debe renovarse, al Partido Socialdemócrata que representa los intereses de la oligarquía económica que controla entre otras las principales automotrices germanas y también la cuestionada y poderosa empresa  Bayer AG, empresa químico-farmacéutica alemana fundada en Barmen, Alemania en 1863,  que ha estado asociada entre otros crímenes al uso de seres humanos como esclavos durante la 2ª. Guerra mundial y a la provisión de gases mortíferos que fueron usados por el régimen nazi en sus campos de exterminio durante el siglo pasado
El ministro de agricultura de la coalición que gobierna Merkel, el conservador Christian Schmidt, a cargo del Ministerio Federal de Alimentación y Agricultura, asumió la responsabilidad del apoyo de su país a la renovación de la licencia del herbicida glifosato en la UE.    Pero los conocedores saben que es un intento de maquillar la decisión y dar a Merkel alivio en su intento de formar nuevo gobierno.
La razón última de la decisión debe buscarse en el lobby económico que maneja Alemania desde hace más de un siglo, co-responsable entre otras cosas de las dos guerras mundiales que asolaron Europa el siglo pasado.
Lo que está en el centro de la decisión de Alemania de abandonar su postura abstencionista en la cuestión del uso del glifosato en el continente es la subordinación de Europa a EEUU en la guerra por el control de la alimentación mundial, proceso en el que este país  obedece acuerdos estratégicos secretos que se visualizan circunstancialmente con hechos como el que estamos analizando.
Esto a pesar que más del 90% de los alemanes se opone contra el glifosato herbicida de Monsanto (nombre de marca ‘Roundup’) – que fue declarado recientemente por la OMS, después de múltiples estudios y re-estudios, como cancerígeno.       Como si esto no bastase una gran mayoría de los alemanes también se oponen al uso de los OGM (Organismos Genéticamente Modificados) en los alimentos.
Detrás de todo está el tratado de Asociación Trasatlántica y la inversión, conocido como TTIP, negociado en secreto entre Europa y EEUU, que ratifica una vez más que las corporaciones, como Monsanto, prevalecen sobre la opinión pública mundial, tomando el control global por las buenas o por las malas de la humanidad a través de la imposición  de la agricultura industrial.

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