LA JUSTICIA SEGÚN LALO

Viana

Desde el principio de los tiempos, los hombres han imaginado formas de organización social estructuradas en base a acuerdos éticos y filosóficos.

Entre las instituciones que contienen estos acuerdos, la piedra angular, la que soporta el mayor peso del andamiaje, es la Justicia.

Es la garantía de equidad, ecuanimidad, la que sostiene la convicción de que todos los hombres somos iguales en derechos y obligaciones ante su imperio.

Sin embargo , en la realidad, su funcionamiento cotidiano dista mucho del cumplimiento de los ideales consignados en su diseño.

De hecho, demasiadas veces no solo no hace honor a sus fundamentos filosóficos, sino que por el contrario, habilita su incumplimiento de la mano de la ignorancia, la indiferencia, la incompetencia y la venalidad de quienes deben administrarla.

Quienes andamos en las cuestiones ambientales somos testigos de estos incumplimientos, que se suceden en forma crónica y reiterada, ante la vista de todos los ciudadanos y presenciamos estos hechos con desencanto, algunas veces con resignado escepticismo y en mi caso personal, con  mucha rabia.

En la región en la que desarrollamos nuestras acciones, la justicia está especialmente en deuda con los temas ambientales.

En Corrientes, la justicia local, es directamente cómplice de quienes no la respetan; los Esteros del Ibera, por ejemplo, a pesar de estar protegidos por ser el segundo humedal del planeta, están siendo arrasados por las arroceras clandestinas y las endicamientos para las forestaciones que se van instalando con la anuencia de gobernantes corruptos que vienen siendo procesados uno tras otro, por peculado y enriquecimiento ilícito, pero que sus causas duerman el sueño de los injustos, hasta que prescriben,  en razón de una in-justicia provincial inoperante y funcional a estos delitos.

En nuestra provincia, a pesar que la ley expresamente lo prohíbe, se han desmontado un millón quinientas mil hectáreas para cultivar soja transgénica, devastando nuestros suelos y nuestra fertilidad, lo que es expresamente ilegal e inconstitucional, de acuerdo a la reforma constitucional de 2008.

Todo esto ante la mirada autista de fiscales y jueces que no tienen vocación  y/o  capacidad  y/o  tiempo, para  ocuparse del respeto a estas leyes que, de cumplirse, garantizarían el futuro de nuestros nietos;  aunque si lo tienen para criminalizar la protesta social, procesando a luchadores de la Asamblea Ciudadana por defender los derechos de todos, demostrando una vez mas que son ciegos a lo ambiental, pero peligrosamente tuertos a lo político.

Pero es entonces, (cuando me avanza la desazón), cuando me detengo a leer una vez más las presentaciones[1] del Dr. Enrique Viana Ferreira, ante la justicia uruguaya, denunciando la complicidad de los políticos y gobernantes de su país y entonces recobro la convicción de que no todo esta perdido, que existen hombres en la justicia, que a pesar de estar en dramática soledad, tienen estatura moral suficiente como hacer temblar ese andamiaje funcional al saqueo y la destrucción de los recursos naturales.

En estos días, el Dr. Viana, quien me honra con su amistad personal, ha hecho una presentación ante la justicia de su país donde solicita se intime al Ministro del Interior y al Presidente de la nación, para que hagan pública la documentación que respalda los contratos entre ese país y la empresa Montes del Plata, habilitándola para instalar una planta de celulosa en el departamento de Colonia -ROU-.

Esto es porque los términos de dichos acuerdos, tal ha tomado estado ante la opinión pública, significan un claro y expreso renunciamiento a la soberanía nacional y una violación flagrante de los estatutos constitucionales, que garantizan la defensa de los recursos naturales, la igualdad ante la ley y otros preceptos básicos, que de no resguardarse, ponen en peligro, el sistema institucional que sostiene la existencia misma de la república vecina.

Es mi esperanza personal, que estos ejemplos de honestidad moral, competencia profesional y amor a su patria que nos brinda el Dr. Enrique Viana Ferreira, se contagien también a nuestro sistema jurídico y aparezcan funcionarios probos, honestos y abnegados que defiendan también de este lado del río nuestros intereses y los de las generaciones venideras

Lalo Moreyra

(Fundavida)


[1] se pueden consultar integramente en nuestra página web: www.fundavida.org.ar

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