Si Linares Cardozo se despertara en su tumba hoy, se tendría que dedicar a componer bachatas o cumbias villeras porque los escenarios que encendieron su poética imaginación han desaparecido.

Son dos millones de hectáreas de montes entrerrianos entregadas al holocausto ambiental de la agricultura industrial.  Ni las biznagas quedan, aquellas a las que él llamó la leñita de los pobres.

HASTA SIEMPRE MONTES ENTRERRIANOS

Desmontes que todavía continúan, incluso en nuestro departamento, ilícitos por supuesto, pero tolerados por un Estado ausente y cómplice que hace la vista gorda a este atropello irrecuperable.

Por estos días se están realizando campañas, inútiles por razones obvias, tratando de parar los desmontes en Salta.  El gobernador ha salido a defender a sus pares sojeros apelando a un argumento que insulta la inteligencia ya no solo de los salteños sino de todos los argentinos: dice que hay que seguir desmontando porque si no los pobres hacheros se quedarían sin  trabajo(SIC).

La fiesta continuará porque evidentemente los gobiernos que se suceden, cualquiera sea su signo político, priorizan los intereses económicos de los grupos de presión y los lobbies empresarios más allá de nuestra salud, naturaleza y mucho menos de las generaciones que nos sucederán.

La entrerríos, de la verde naturaleza y los dulces arroyitos plenos de peces y de vida ya es un recuerdo. Hoy las aguas llevan agrotóxicos que matan la vida que tocan.

En el día del Ambiente nada tenemos para celebrar, ni a nivel local, regional, nacional ni mundial.  Todos los escenarios van cambiando para peor, mientras las catástrofes climáticas auguran decenas de millones de desplazados ambientales para las próximas décadas, el mayor responsable del cambio climático, EEUU, está dirigido ahora por un político que prioriza las ganancia a costa de todo y de todos y ha abandonado los acuerdos internacionales que pretendían enmendar el rumbo de la destrucción ambiental.