El laboratorio anunciado por Macri y Vázquez, esta acordado desde 2010

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Ya en muchas oportunidades lo hemos expresado. No somos fanáticos de los controles a la pastera fraybentina. Nuestra posición siempre ha sido que esta ilegalmente instalada en el peor lugar, y solo nos satisface su desmantelamiento.

Pero también debemos asumir la realidad,  y la Corte Internacional de Justicia de La Haya en su fallo de abril de 2010, ordenó a Uruguay y Argentina, a través de el organo binacional de la C.A.R.U. su monitoreo.

Días pasados publicamos nuevamente, lo que se firmo en los acuerdos de Anchorena y Olivos en el 2010  de los que solo se ha podido cumplir aproximadamente el 80% de uno de los seis puntos convenidos. Una eficiencia casi total en la estrategia oriental de proteger a Botnia-UPM.

El 7 de enero pasado, los presidentes Macri y Vazquez anunciaron con bombos y platillos desde la finca de Anchorena, que ambos paises monitorearan todo el tramo compartido del Río Uruguay, y para eso se instalará un laboratorio de última generación, prescindiendo de los extranjeros.    Actualmente solo actúa un laboratorio de Canadá para algunos estúdios especificos, el resto son argentinos y uruguayos contratados, amén algunas cosas puntuales que se realizan en el laboratorio, propiedad de la CARU,  existente al este de la cabecera oriental del Puente San Martín. Este monitoreo completo del Río Uruguay, tambien estaba contemplado en los acuerdos del 2010, pero la prioridad era Botnia, y luego paso a paso el resto del río. Y de allí que no se desarrollo en su totalidad,  por estar frenando la delegacion uruguaya los otros 5 puntos del control a UPM.

Fundavida accedió a un documento  que demuestra que el laboratorio ya estaba convenido desde el 2010, y el Uruguay por medio de su delegación en la CARU a conseguido bloquearlo con diferentes argumentos.

Nada ha cambiado en el leonino contrato firmado entre el Uruguay y Botnia-UPM,  tampoco en el convenio de garantía de inversiones firmado entre Uruguay y Finlandia, para que la protección a Botnia se deje caer.  Por eso estamos convencidos de que es un nuevo artilugio para ganar tiempo. Ya van ocho años funcionamiento con total impunidad ambiental y jurídica. Nuestras fuentes consultadas nos dicen que montar un laboratório, mínimamente entre la construcción, adquisición de instrumental, ajustes y capacitación de personal, lleva un plazo prudencial de cuatro años para su puesta en marcha.

El tiempo nos dará o no la razón. Mientras tanto el río sigue su deterioro, y la calidad de aire que respiramos es cada vez mas dudosa.

El documento:

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