DANIEL VERZEÑASSI SE REUNIÓ CON LOS CONCEJALES DE GUALEGUAYCHÚ

El daño a la salud que produce el glifosato

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El bioquímico Daniel Verzeñassi, integrante del Foro Ecologista de Paraná, dialogó  ayer con los medios locales antes de reunirse con los concejales, en el marco de los encuentros que éstos mantienen en relación al proyecto de ordenanza de prohibición de venta, acopio y utilización de glifosato en el ejido de Gualeguaychú.

PUBLICADO EN El Argentino de Gualeguaychú

 “Estamos intentando lograr la puesta en la agenda de la discusión política  la significación que tiene  que cada ciudad vaya avanzando en medidas restrictivas en el uso de venenos en sus ejidos. Creemos que de esa manera, sin llegar a ser suficiente, será sí un buen comienzo, un anticipo del debate que deberemos dar respecto del modelo de producción en nuestras zonas rurales”, dijo sentando postura.

Respecto de argumento utilizado para equiparar los productos tóxicos de uso domiciliario con los que se cuestionan, advirtió  “el argumento que se usa, quizá con buena intención pero equivocadamente, de que en el interior de nuestros domicilios usamos venenos o químicos que pueden ser tanto o más dañinos que los que cuestionamos, éste se desestima en la honestidad de quienes lo dicen porque no hemos visto generar movimientos por la erradicación de esos venenos intradomiciliarios.

Quizá lo dicen sin pensarlo, pero no deja de ser una actitud poco honesta esto de justificar lo que hago yo, porque no levanto la voz para que modifiquen lo que advierto como malo”.

Dada su profesión,   Verzeñassi describió con claridad  diferentes insecticidas de uso corriente y afirmó  “casi siempre son las mismas “familias empresarias químicas” las que hacen daño adentro y afuera y después,   para terminar este circuito perverso, son las mismas que nos venden el medicamento para atender la enfermedad emergente”.

“Esto vengo a decir, no a pelear, porque lamentablemente estos  grupos químicos logran que nos peleemos entre nosotros, los que envenenan y se envenenan y nosotros, los envenenados”.

Demasiadas evidencias

En un tramo de la rueda de prensa  Verzeñassi explicó “cuando un niño se concibe, sus órganos y tejidos se gestan en las doce primeras semanas. Después viene el crecimiento de lo ya formado. Por eso en ese primer momento del embarazo el embrión necesita ser muy cuidado, porque cualquier molécula química con capacidad de toxicidad celular que ingrese a dañar este organismo, tendrá la posibilidad  de generar una alteración en el órgano que se esté formando a ese momento”.

Y afirmó que la frecuencia con la que aparecen alteraciones  congénitas,  tiene que ver con la exposición de la madre a este tipo de productos.

“Ni hablar del glifosato -continuó- que en el laboratorio del Dr. Daniel Carrasco  quedó demostrado que daña el embrión. Daniel (Carrasco) demostró que lo dañaba de tal manera que impedía la expresión del gen que codifica el cierre de la caja craneal ósea”. A esto sumó “los casos de labios leporinos laterales, bilaterales, paladares con el cierre interrumpido, tienen que ver posiblemente con la exposición de las madres al glifosato u otro producto que tiene la misma función. La falta de cierre de la cavidad abdominal se ha multiplicado al punto que la medicina quirúrgica se ha especializado en cerrar cavidades abdominales”, afirmó, marcando esta paradoja y señalando que en su mayoría, el cuadro se da en niños de zonas rurales.

Dicho esto,  Verzeñassi consideró “deberían estudiarse epidemiológicamente, porque tienen el mismo origen   las leucemias, linfomas y alteraciones degenerativas en tejidos blandos. También las alteraciones hormonales. Tenemos una epidemia de alteraciones en tiroides; hoy el hipotiroidismo es una patología corriente”.

Resultados de una premisa falsa

Respecto de la aprobación por parte del senado provincial de ley de agroquímicos -que pasó a la Cámara de Diputados, donde podría ser sancionada de manera definitiva-recordó “el 24 de abril concurrimos en Villaguay a un espacio que se quiso denominar audiencia publica, pero no lo fue. Fue un espacio de intercambio de saberes diferentes, convocado por la Cámara de senadores, a raíz de este proyecto”.

“Manifestamos que no se pueden  legislar distancias, prevenciones, buenas prácticas, con una clasificación de venenos fraudulenta y engañosa. Si clasificamos venenos de forma equivocada, todo lo que regule el uso de esos venenos, estará equivocado”.

Más adelante apuntó  “en 2015 el glifosato pasó a ser  clasificado a nivel mundial como 2A,   el previo a “cancerígeno comprobado por muerte humana”. ¿Por qué no es cancerígeno comprobado por muerte humana? preguntó, para responder “porque ahora estamos contando cuántos mueren .Cuando se llegue a cierta cantidad, se dirá que es el número uno. Por ahora es  “probable cancerígeno” y esto da pie a quienes quieren soslayar la verdadera discusión”.

“El término  alude a resultados en animales de experimentación, mamíferos y vertebrados; falta que empecemos a experimentar con cobayos humanos. Lo cierto es que el glifosato siempre fue 2A, sólo que ahora ha sido clasificado así porque  ha sido revisado a nivel mundial por el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer? (IARC, por sus siglas en inglés)  que es el que da la  clasificación  toxicológica a la Organización Mundial de la Salud”.

 Política de salud

Verzeñassi compartió “cuando veníamos en la ruta pasamos por un maizal y había olor a veneno. Y no estaban fumigando. Ya lo habían hecho. Por eso es otra mentira la deriva controlada, las buenas prácticas agrícolas, que es la nueva manera de querer explicar que se puede hacer esto con cuidado. Porque hay deriva primaria, que es la que se produce cuando se fumiga, y deriva secundaria, la de recién, los vapores que se levantan fruto de la humedad y el calor”.

También observó “el efecto sinérgico de toxicidad de un veneno con otro, debe ser estudiado por la ecotoxicología humana. Y a las cosas hay que llamarlas por su nombre. Cuando decimos agrotóxicos y se enojan, al punto que han prohibido en el INTA el uso de este término, hablamos de los tóxicos para la salud humana que se usan en el agro.

Entonces, cuando queremos ordenar cómo se usan venenos para controlar las plagas en el campo, estamos discutiendo una ley para la salud pública”.

“Nosotros vemos un modelo de producción diferente, que es la agroecología, con sobradas demostraciones en el país y el mundo de que es posible”.

Esto lo difunde con mucha seriedad y solvencia el ingeniero  agrónomo Eduardo  Cerdá, entre tantos  y sobre todo,  la Facultad de agronomía de la Universidad Nacional de La Plata. No sólo que se puede lograr sino que además, logra que ya no salga un vecino con su escopeta a tirarle al que viene fumigando. Es otra forma de convivencia”, afirmó entre otros conceptos el bioquímico Daniel Verzeñassi en la mañana de ayer, antes de reunirse con los concejales.

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