El Colmo de los colmos Alemania ( a través de Bayer-Monsanto) nos vende el glifosato, pero rechaza la miel que lo contiene
Hay casi 4 mil toneladas de miel sin exportar por estar contaminadas con glifosato
FUENTE:sudestada.com.uy
Tiene altos niveles de agrotóxicos y eso inhabilitó su ingreso a Alemania, el principal comprador de miel, según una carta que la sociedad de apicultores le entrega a los precandidatos
La Sociedad Apícola Uruguaya (SAU) inició una ronda de reuniones
con los precandidatos a la Presidencia de los partidos políticos para
entregarles un documento que detalla el comportamiento de la apicultura
nacional en las últimas décadas y la grave crisis que afecta a este
sector desde hace varios años.
Hasta ahora los productores apícolas se reunieron con el precandidato
del Partido Independiente, Pablo Mieres, los nacionalistas Juan Sartoriy
Verónica Alonso (antes de que se uniera a Sartori), los frenteamplistas
Óscar Andrade y Carolina Cosse y Gonzalo Abella de Unidad Popular.
La SAU sostiene en el documento que a partir de la crisis del año 2002 la apicultura “cobró
mayor relevancia por tornarse en el rubro del agro con mayor
rentabilidad y generar centenares de fuentes de trabajo familiar”. Además, contribuyó “a
la producción de diversidad de semillas, a la producción
hortifrutícola, a la preservación de la naturaleza y al desarrollo de la
apiterapia”.
El rendimiento en promedio por colmena había alcanzado los 25 a 30 kilos
y se esperaba llegar a los 35 a 40 kilos en pocos años. Sin embargo, a
partir de 2005 comenzó “un período de estancamiento o retroceso solapado que a partir de 2015 se convierte en un franco retroceso”, señala la carta.
Los apicultores sostienen que una de las de la abrupta caída de la
actividad es el aumento de los costos de producción, por la suba de los
combustibles, la necesidad cada vez mayor “de suplementación nutricional (azúcares y proteínas)”. Este descenso se debe a “la
escasez de néctar y la pérdida de la diversidad floral que ha implicado
un modelo agroproductivo expansivo, intensivo, monofloral” y con “abuso
de las aplicaciones de glifosato”, y al aumento de la mortandad en colmenas (de un promedio histórico de 10% a 15% se pasó a 30%), entre otros motivos.
Por otra parte, los productores aseguran que se registra una caída
progresiva del rendimiento de miel por colmena a partir de 2005 (el
promedio de 2005 a 2015 fue 22 kilos por colmena, y ha ido disminuyendo
hasta llegar a 16 kilos por colmena en la zafra 2017-2018).
Para la Sociedad Apícola esta baja en el rendimiento es producto de varios factores como el “combate masivo con herbicidas” contra las malezas, la “pérdida de área de praderas productoras de néctar, tanto forrajeras como semilleras”, el “uso masivo, abusivo e incontrolado de insecticidas altamente tóxicos para las abejas e insectos silvestres”, que “no
sólo matan a las abejas de campo, sino que también producen toxicidades
subletales que tornan improductivas a las colonias de abejas”.
Otros dos factores que explican esta caída de la actividad son el cambio
climático y el valor de la miel en el mercado internacional.
Uno de los temas que más preocupan a los apicultores es la pérdida de la capacidad exportadora “debido
a la alta residualidad de glifosato en las mieles uruguayas”. “En
agosto de 2016, un laboratorio alemán difundió un documento en el que se
revelaban los niveles de glifosato en las mieles extranjeras que
ingresaban a Alemania. La miel uruguaya resultó ser la más contaminada:
un 70% de las mieles presentaron glifosato por encima de 50 partes por
billón (0,05 mg/kg), lo que la inhabilitó para ingresar al mercado
alemán. Alemania ha sido el principal comprador de mieles uruguayas en
los últimos decenios (alcanzando a comprar un 90% de la miel exportada) y
el que mejor ha pago”, señala la carta que los apicultores le entregaron a los precandidatos.
Desde que la miel comenzó a contener glifosato, los análisis del
producto han tenido que ser costeados por los productores y los
exportadores, quienes no son responsables de la presencia del herbicida.
Debido a esta contaminación unas 3.800 toneladas de miel de las dos
últimas zafras permanecen en depósitos de productores y exportadores. “El
grueso de la miel que no ha podido ser exportada presenta altos valores
de glifosato. Si pudiese ser vendida, el productor recibiría 1,1 a 1,2
dólares por kilogramo. Paralelamente, nuestro principal competidor en el
mercado internacional, Argentina, logró exportar toda su miel”, señala el documento.