Con el objetivo de garantizar su abastecimiento energético, el Gobierno de Alemania permitirá la operación de sus plantas termoeléctricas del carbón a pesar de que esto atenta con los compromisos ambientales que ha adquirido a nivel internacional.
La crisis de los energéticos sigue generando efectos en el mundo. Alemania se ha sumado a los países que reactivarán sus centrales eléctricas que funcionan con carbón con el objetivo de ahorrar gas, que era su combustible principal antes de que estallara el conflicto en Ucrania.
La regulación aprobada por las autoridades alemanas da luz verde a las termoeléctricas de carbón para volver a operar hasta finales del próximo periodo invernal, de acuerdo con información del Ministerio de Economía y Protección del Clima. «Queremos ahorrar gas ahora en verano para llenar nuestros depósitos ahora que se acerca el invierno», reconoció el ministro alemán de Economía, Robert Habeck.
Ante la escalada de los precios de los combustibles a nivel global y las sanciones de Occidente a la industria energética de Rusia, la Unión Europea (UE) busca alternativas para no quedarse sin energía en lo que resta del año.
Antes de las tensiones entre Kiev y Moscú, el bloque europeo tenía una gran dependencia energética de Rusia. Casi el 40% del gas que consume en la zona euro proviene de territorio ruso, según han reconocido los líderes europeos. Hay países, eso sí, que dependen mucho más que otros, como Hungría y República Checa, que decidieron no participar en algunas sanciones a Moscú porque dependen hasta en 65% del gas ruso.