María Isabel Cárcamo
Enero 2011
Referencia:
Celulosa, Dioxinas y Convenio de Estocolmo
http://www.rapaluruguay.org/agrotoxicos/COPs/Prensa/Celulosa_Dioxinas.html
Recientemente se ha anunciado por parte de sus inversores (consorcio Montes del Plata,
integrado por Stora Enso y la chilena Arauco), que la planta de celulosa autorizada para
ser instalada en Conchillas, departamento de Colonia, se inaugurará en 2013, con una
capacidad de producción de 1.300.000 toneladas.
¿Por qué tanta inversión para la producción de celulosa en nuestro país en los
últimos años? En este marco es importante conocer cuál es la situación de Stora-Enso en Finlandia.
En un comunicado de prensa del 15 junio 2010, el vicepresidente de Stora Enso
dice que: «Estamos cada vez más preocupados por la evolución de los precios de las
materias primas finlandesas. Tenemos que prepararnos para tomar rápidamente las
medidas correctivas en caso de que los precios de la materia prima sigan aumentando
y ya no puedan ser compensados por el aumento de precios de los productos finales
o mejoras de la eficiencia”.
En julio 2010 el vicepresidente del área de negocios comunica el cierre de la fábrica
en Varkaus, argumentando que a largo plazo se espera que ésta no dé las ganancias esperadas.
En la declaración anuncia que: “La sobre producción del mercado de papel de prensa
en Europa ha continuado durante el 2010. Como consecuencia, los precios han bajado
de manera significativa. A largo plazo se espera que la demanda en Europa continúe
bajando como ha estado sucediendo en Norteamérica. Adicionalmente, la competitividad
de Varkaus se ha debilitado, ya que su producción se basa en fibra virgen menos competitiva,
en que la disponibilidad de materia prima en Finlandia no es estable y que Varkaus está
lejos de la mayoría de sus consumidores y principales mercados.”
La razón por la que esta empresa se instala en nuestro país es clara, es una cuestión de costos.
Si los precios del papel bajan (y se espera que bajen aún más) y los costos de producción
en Finlandia suben por el hecho de no contar con materia prima estable y barata, la situación
se vuelve no rentable. En cambio, la materia prima producida en Uruguay es tan barata,
que deciden instalarse en Uruguay, un lugar quizá un poco más lejos que Varkaus de la
mayoría de sus consumidores y principales mercados.
Uruguay tiene las condiciones ideales para que la empresa se instale: tierra barata,
agua gratuita en abundancia, mano de obra barata, zona franca libre de impuestos … ganancia pura.
A esto se suma la sindicalización casi nula en las plantaciones, característica de estos
trabajadores por ser zafrales, con mucha rotación y sin ninguna seguridad de trabajo,
condiciones ideales para que no si sindicalicen, lo que favorece enormemente a la empresa.
El gerente general de Montes del Plata, Edwin Kaufmann, en un medio periodístico
declara que: “En este sector del mundo la producción es más eficiente. Los árboles
crecen más rápido”. Sería sabio preguntarse ¿por qué crecen más rápido? ¿y cuánta es
el agua utilizada por árbol para que su crecimiento sea tan rápido?
Costos que no son contabilizados
Stora Enso anuncia producir 1.300.000 toneladas de celulosa, 300.000 toneladas más de los
que está produciendo UPM-ex Botnia. Esto significará una mayor expansión de los monocultivos
forestales y por lo tanto un uso aún mayor de agrotóxicos, que resultan en la contaminación
de agua, suelo y destrucción de ecosistemas.
Los impactos de los agrotóxicos en campos forestados son conocidos e incluso su permanencia
después de dos y tres años de no haberse realizado aplicaciones. Por otro lado, también es
conocida la filtración a las napas freáticas del glifosato, herbicida usado masivamente en la
forestación antes y después de haberse realizado las plantaciones y luego de
cosechadas para eliminar los rebrotes de los tocones.
Tecnología que se utilizará no será la menos contaminante, pero sí más barata
El sistema de blanqueo que se utilizará será el que emplea dióxido de cloro (ECF),
tecnología que puede reducir hasta 80 por ciento en las emisiones de dioxinas y furanos
(en comparación con el sistema antiguo del blanqueo con cloro elemental). Las dioxinas
y furanos son conocidas como sustancias contaminantes, bioacumulables y catalogadas
como contaminantes orgánicos persistentes (COPs). Dichas sustancias están incluidas
dentro del Convenio de Estocolmo, del que nuestro país es parte, por lo que asumió el
compromiso de reducir sus emisiones y eliminarlas. Sin embargo, con este nuevo
emprendimiento haría totalmente lo opuesto, ya que resultaría en un aumento de tales emisiones.
Además de dioxinas y furanos, el proceso de blanqueo que utiliza dióxido de cloro (ECF)
también libera una serie de sustancias tales como cloroformo, ácido clorado, y otros
compuestos tóxicos que pueden ser acumulados en los tejidos de los peces. Más aún,
el blanqueo con dióxido de cloro produce grandes cantidades de clorate, herbicida altamente
potente que mata plantas y peces. Finalmente la mayoría de los organoclorados encontrados
en los efluentes de plantas de celulosa aún no se han podido siquiera identificar ni menos
aún evaluar en cuanto a sus posibles impactos.
La elección y utilización de esta tecnología está basada en lo económico, tal como fuera
expresado por el gerente general de Montes del Plata al ser consultado sobre por qué
no se utiliza el sistema de blanqueo totalmente libre de cloro (TCF), que es mejor desde
el punto de vista ambiental. Su respuesta fue: “Esto es como todas las cosas de la vida.
Uno podría decir: “Compraré un auto con neumáticos que no se desinflen ni se pinchen,
pero costarían un millón de dólares cada uno”. Esto es lo que se usa comúnmente
en el mundo, las tecnologías que permiten hacer una inversión”.
Ganancias para pocos e impactos para muchos
Al igual que en el caso de Botnia (ahora UPM), la ganancia será para la empresa que
realiza la inversión, pero no para el país donde se instala. Los empleos generados en la
construcción de Botnia fueron mayormente hacia trabajadores extranjeros y el empleo
duró lo que duró la construcción.
Ese modelo está basado en la explotación de los recursos naturales, quedando al
descubierto una vez más que Uruguay no depende de sí mismo y que continúa exportando
sus recursos naturales casi sin valor agregado. En este sentido, cabe recordar que Uruguay
no exporta celulosa, sino que sigue exportando troncos, que en vez de ser subidos a un barco
son llevados a la zona franca donde se encuentra la pastera y desde donde se exportan
nuestros suelos y aguas bajo la forma de celulosa.
La historia vuelve a repetirse, con el agravante de que los impactos sociales, económicos
y ambientales se agudizan cada vez más y más en el llamado “Uruguay productivo”,
que más que productivo es un modelo contaminante, excluyente y que ensancha cada
vez más la brecha de la pobreza.