Argentina. Buscan cambiar el envenenamiento por el cáñamo industrial en La Rioja
FUENTE: ANRED
En la provincia de La Rioja un pueblo propone el cambio de una matriz productiva contaminante por una alternativa sostenible: la producción industrial de cannabis sativa. Un grupo de vecinas y vecinos autoconvocados denuncian los efectos socioambientales generados por la actividad de la curtiembre Curtume CBR (ex Yoma). Altos niveles de cromo en el ambiente relacionados a enfermedades respiratorias, enfermedades cutáneas, cáncer y malformaciones congénitas sería el resultado de la falta de control estatal. Esta historia de resistencia busca dar un giro de la mano del cannabis, una industria pujante que ya está resonando en los pasillos del Congreso de la Nación Argentina.
Hace 33 años una planta curtidora de cueros se instaló en Nonogasta, localidad del departamento de Chilecito. Hasta el año 2005 la planta pertenecía a la familia Yoma, vinculada al entonces gobernador de La Rioja, Carlos Saúl Menem. En 2008, luego de una convocatoria de acreedores y posterior quiebra, pasó a manos de capitales brasileños convirtiéndose en Curtume CBR.
Desde la instalación de la curtiembre los habitantes del pueblo comenzaron a notar un aumento de enfermedades respiratorias y cutáneas, casos de leucemia, cáncer y malformaciones congénitas que llamaron la atención del personal médico en Nonogasta.
La asamblea El retamo, que nació en el año 2012 en el contexto de resistencia ciudadana contra la instalación de proyectos de megaminería en Famatina, animó a conformar este grupo de vecinas y vecinos. El nombre lo tomaron de un arbusto con flores amarillas, el único que crece en los piletones de cromo que conforman el paisaje.
La industria curtidora de cueros se caracteriza por un alto uso de recursos hídricos y químicos, dentro de estos últimos se ubica el cromo. Este metal pesado se presenta de diferentes formas químicas que varían al exponerse al aire libre. Si no se trabaja correctamente, el uso de cromo en la etapa de la curtición conlleva un riesgo potencial de toxicidad debida al cromo hexavalente. La inhalación de este elemento puede causar cáncer y efectos no cancerígenos sobre la salud como la irritación de la nariz, la garganta y los pulmones, síntomas alérgicos, llagas nasales y perforación de la membrana que separa las fosas nasales, entre los más leves.
Yoma S.A y luego Curtume CBR, durante 30 años vertieron sin tratamiento alguno residuos líquidos y sólidos. En cercanías de la fábrica se ubicaban unos 200 piletones, en un predio de 4 km donde se acumulaban los desechos. Pelos, pedazos de piel y carne, estiércol, sales de cromo, eran parte de la materia orgánica que se podía encontrar en los efluentes de la curtiembre. Quienes han visitado Nonogasta describen un olor similar a huevos podridos. Muestras obtenidas por la pasantía a los pueblos mineros 2016 de la Unión de Juventudes por el Socialismo de la FAUBA, confirmó en cifras lo denunciado durante años: las muestras de material extraídas del área de los piletones y sus cercanías arrojaban valores de cromo 50 veces mayores a los permitidos por la legislación.
Muestras obtenidas por la pasantía a los pueblos mineros 2016
En el año 2017 la Unidad Fiscal para la Investigación de Delitos contra el Medio Ambiente (UFIMA), frente a los reiterados reclamos de la Asamblea el Retamo, realizó una denuncia a Curtume CBR por violación a la ley Nº 24.051 de residuos peligrosos.
A pesar de la inauguración de la planta de tratamientos de efluentes construida por el estado provincial, el último informe técnico de la Dirección de Protección Ambiental de la Prefectura Naval Argentina, arrojó que los valores de cromo, sulfatos, sulfuros y disponibilidad biológica de oxígeno de los efluentes y sedimentos siguen encontrándose muy por encima de los límites permitidos en la ley 24.051 y su decreto reglamentario, por lo cual se debería mejorar la eficiencia del tratamiento.
En junio de 2020, en el marco del expediente judicial y fundamentando su decisión en un reciente informe técnico de Prefectura Naval, la fiscal federal María Virginia Miguel Carmona ordenó la clausura preventiva de la planta Curtume CBR, hasta tanto se produzcan las mejoras tecnológicas necesarias para procurar que la industria pueda desarrollar su actividad de manera sustentable.
Foto: archivo Asamblea El Retamo.
Según declaraciones de María Flores, integrante de la Asamblea el Retamo: “Siempre se priorizó la salud del pueblo, incluida la salud de las y los trabajadores de la curtiembre”. Es por eso que ante la posible clausura de Curtume CBR, decidieron presentar al Honorable Concejo Deliberante un proyecto productivo alternativo de cultivo de cáñamo. Esta propuesta fue construida con el asesoramiento del ingeniero agrónomo Gustavo Alvarez, miembro de la asamblea radicado en Perú. El propósito de la iniciativa es plantear una alternativa laboral para los empleados de la fábrica, priorizando la conservación de los puestos de trabajo y el cuidado del ambiente.
El cáñamo (la planta de cannabis) se utiliza para muchas cosas como la construcción, cosmética, papelera, textiles, biocombustibles y bioplásticos. En diálogo con Diana Barreneche, abogada especializada en derecho ambiental y presidenta de Proyecto Cáñamo Argentina, sobre la posibilidad del cultivo de cáñamo en nuestro país, dijo: “Cuando te ponés a estudiar la verdadera raíz de la prohibición del cannabis y del cáñamo es porque existía competencia con el papel, la madera y los plásticos, fue en el momento en que se empezaron a patentar. La prohibición se logró con prejuicios, argumentos racistas y clasistas”
La legislación argentina se encuentra atrasada en cuanto a la regulación del cáñamo, aún teniendo el antecedente de la Convención única de estupefacientes (ONU 1961) que en su artículo 28, expresamente, excluye de la fiscalización a la planta de cannabis destinada a fines industriales u hortícolas. Respecto a este articulado, la Dra. Barreneche afirma: “Necesitamos que el Estado federal establezca el porcentaje máximo de psicoactividad”. Hasta tanto este porcentaje no se regule, entidades como la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) y el Instituto Nacional de Semillas (INASE) rechazan las solicitudes de cultivo de cáñamo industrial fundándose en la mínima presencia del psicoactivo tetrahidrocannabinol (THC).
Respecto del proyecto presentado en la cámara baja por la Diputada Mara Brawer, que busca impulsar el cultivo y desarrollo productivo del cáñamo, Diana comenta: “Lo veo positivo, en el sentido que se va a debatir, se va a hablar y va a ayudar a derribar mitos”.
Frente a la crisis económica que vive la Argentina, la producción de cannabis y sus derivados se puede analizar como una salida viable que genere dólares y al mismo tiempo proteja el ambiente. La crisis ambiental no se puede ignorar y es hora de dar lugar a actividades económicas más sostenibles. Como muestra la Asamblea el Retamo, de los laberintos se sale por arriba.