Es un escenario dantesco que nadie jamás hubiera osado imaginar: rodeado de grandes ríos y con acuíferos inconmensurables en sus entrañas el Uruguay se ha quedado sin agua para beber.
Cada habitante le regala a las multinacionales del saqueo de recursos naturales más de un litro, por persona/día, del agua dulce más pura del planeta pero no tiene agua buena ni para prepararse unos mates. Los ciudadanos sufren y LOS GOBIERNOS, presentes y pasados buscan alrededor a alguien para echarle la culpa. Y decimos los gobiernos porque esa historia comenzó a escribirla el Partido Colorado, en la era Sanguinetti, la continuó, profundizó y consolidó el Frente Amplio, con los impostores Vázquez y Mujica y ahora la corona el Partido Blanco.
La respuesta de los saqueadores quedará para la historia del cinismo universal: se llevan gratis y contaminan más de 4.000.000 de litros de agua dulce y ante la evidencia que los habitantes del país ya no tienen agua buena para su vida cotidiana DONAN (SIC) una planta que devolvería al sistema de OSE 48.000 litros bebibles en el mismo lapso. Repetimos 4.000.000/48.000. Usted saque las cuentas, a nosotros se nos nubla la mente de bronca.
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UPM donó a OSE una planta para desalinizar el agua:
La planta de ósmosis inversa permite desalinizar unos 2.000 litros de agua por hora.
Ante la escasez de agua dulce que obligó a OSE a elevar dos veces el nivel de sodio y cloruro, la compañía finlandesa UPM le ofreció a la empresa estatal una planta de ósmosis inversa que permite desalinizar unos 2.000 litros de agua por hora.
La planta se instaló durante la construcción de UPM 2 en Paso de los Toros (Tacuarembó) y abastece de agua potable a la cantina y oficinas de la papelera. Durante el pico de la construcción llegó a abastecer de agua a unas 7.000 personas.
Para el período que se abre actualmente con la inauguración de la segunda fábrica, la finlandesa construyó otra planta de ósmosis, y aunque pensaban seguir usando la anterior hasta el segundo semestre, decidieron donarla a OSE.
La empresa estatal se encargará de desinstalarla, desarmarla y trasladarla a la zona metropolitana que es donde se experimentan las mayores dificultades en el acceso al agua potable.
La planta se entregaría en unas dos semanas y la idea es que sea utilizada para abastecer hospitales y centros de enseñanza. UPM ya había donado una planta similar a la localidad de Carlos Reyles (Durazno) que tenía problemas de arsénico en el agua.