Es un dato que CARU -Comisión Administradora del Río Uruguay- conoce desde hace años, que las aguas no solo del río de su jurisdicción, sino también las del río Paraná contienen trazas de toda clase de drogas, tanto ilegales poro permitidas, pero como en nuestra región ocultar es el camino para no enfrentar los problemas, poco y nada se habla de esto.
Pero estudios efectuados sobre el río Tamesis, que atraviesa la capital de Inglaterra, no solo revelan lo que está ocurriendo en cuento a la presencia de drogas prohibidas en sus aguas, sino la influencia de estas en la conducta de los peces.
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Los altos niveles de cocaína en el río Támesis de Londres están volviendo hiperactivas a las anguilas
Investigadores del King’s College de Londres han encontrado que los londinenses están tomando más cocaína de la habitual. Para llegar a esta conclusión se han fijado en el Támesis. Los niveles de droga en las aguas residuales son tan altos que las anguilas se están volviendo hiperactivas.
FUENTE: https://www.standard.co.uk
Según explicaron los investigadores en el estudio:
Las concentraciones de cocaína y benzoilecgonina se mantuvieron altas en las aguas residuales a lo largo de la semana con solo un aumento menor durante el fin de semana, lo que no es consistente con otras ciudades. Londres es conocido como uno de los mayores consumidores de cocaína y esto sugiere su uso diario.
Al
parecer, los investigadores encontraron que había un nivel constante de
cocaína entrando al río, razón por la que temen que esté dañando la
vida silvestre. Según ha explicado James Robson, del acuario SEA LIFE de
Londres:
Las drogas que nos afectan casi siempre afectarán a toda la vida animal, e invertebrados quizás un poco más porque su bioquímica es mucho más sensible. Esencialmente, todo en el agua se verá afectado por drogas como estas. Muchos de los factores desencadenantes y las formas en que la cocaína afecta al sistema.
El
año pasado hubo otro estudio similar publicado por la Universidad de
Nápoles Federico II. En el mismo se concluía que las anguilas europeas
“parecían hiperactivas” cuando se ponían en agua que contenía una
pequeña dosis de cocaína.
En este
caso, las anguilas fueron expuestas deliberadamente al agua infundida
con cocaína por biólogos de la Universidad. El resultado: no solo
parecían hiperactivas, sino que también vieron que la droga se acumulaba
en sus cerebros, músculos, branquias y piel.
Otro estudio realizado en 2015 por el Centro Europeo de Vigilancia de Drogas y Toxicomanías reveló que Londres tenía la mayor concentración de cocaína del continente en sus aguas residuales. Y el año pasado una encuesta mundial sobre drogas descubrió que la city era una de las pocas ciudades del mundo donde la cocaína podía pedirse y entregarse más fácil y rápido que una pizza. [EveningStandard, Independent]