La insoportable levedad (2ª. parte) …de los que se manejan corporativamente
15 junio, 2010
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Salvo la selección de fútbol, carecemos de utopías unificadoras, entonces nos refugiamos en grupos de pertenencia y desde allí enfrentamos el mundo.
Ejemplo: algunos médicos cobran un adicional al que llaman plus, disconformes con el arancel de la obra social.
Quienes sufren este procedimiento, no tienen alternativas, en su fragilidad por la enfermedad que los lleva al consultorio.
¿Y si la maestra de sus hijos, les reclamase un plus por niño, porque su sueldo como docente es insuficiente?
Ó por renovar su carné de conductor, el funcionario municipal les dijese:… son $ 200.-, porque gano poco y hemos resuelto, cobrar un plus.
Los ejemplos donde el grupo es más fuerte que la organización social en general, son innumerables, esto habla de nuestras debilidades, no de nuestras fortalezas.
En una de nuestras notas, nos referimos a:..-“la insoportable levedad de los Ing. Agrónomos…”.
El comentario, provocó adhesiones y recriminaciones, a manos de sus pares.
Generalmente no las formulaban por los contenidos del reclamo, sino por la supuesta falta a un hipotético código de conducta entre pares. Código, que de existir, solo registraría parangón en los códigos mafiosos.
Las UN, estan pagadas por la sociedad, y en nuestro país, donde existen tantas carencias, que se destinen fondos a ellas, es verdaderamente extraordinario.
Permite estudios superiores, gratis, con acceso irrestricto, a todos.
Educadores y educandos que participan en las UN, adquieren una enorme deuda con la sociedad, por el esfuerzo que ésta hace por sostener el sistema.
Ésta espera a cambio, que los saberes adquiridos se vuelquen en beneficio de todos.
Por esto, muchos de los Ing. Agr. Egresados de las Universidades nacionales están en deuda con la sociedad.
Porque el modelo agroindustrial, que han impuesto las multinacionales que manejan el autodenominado paquete tecnológico, lideradas por Monsanto, está sospechado de envenenarnos y destruir nuestros recursos, y entonces exige una profunda revisión crítica, no indiferentes inconsistencias.
Lo que esperamos de nuestros científicos, es una mirada impiadosa, un ojo alerta y entrenado que lo analice desde los intereses del conjunto social,.
En este contexto, nuestros egresados de las UN, los que formamos entre todos a través del presupuesto público, pueden:
– Advertir y alertarnos de los peligros que nos acechan,
– Ser parte de los mecanismos que generan estas amenazas y nos tomen desprevenidos.
Si ocurre esto último es inevitable que nos sintamos defraudados.
Este comentario es válido, aún si finalmente se demostrase que nuestros temores eran infundados, que estábamos equivocados, que habíamos cometido un error.
La deuda de los Ing.Agr., egresados de las UN, es un análisis objetivo y científico sobre el modelo de agricultura que se esta implementando, si es una panacea para todos los problemas, ó nos intoxica, enajena, concentra la riqueza y empobrece.
Que investiguen qué son esos productos que estan aplicando y que consecuencias trae su uso. Si estos modos productivos, son sustentables y sostenibles a largo plazo. Si existen alternativas a este modelo impuesto por las multinacionales, que controlan el negocio alimentario.
Si ocurre, como fue en la charla de agrotóxicos que se desarrolló en Gualeguaychú, que no se efectúa un análisis crítico del modelo, y por lo tanto se lo acepta implícitamente, y se ofrecen conclusiones que ponen en duda la existencia de intoxicados por agrotóxicos, afirmando finalmente que de haberlos, es por culpa de ellos, por manipular mal las substancias empleadas (a pesar de no especificarse si son, y en que grado, tóxicas), entonces es inevitable que el auditorio se sienta decepcionado por los oradores en cuestión.
Entre los expositores, había expertos, calificados internacionalmente, que ofrecieron sus investigaciones demostrando la toxicidad de los agrotóxicos, frente a las evidencias ofrecidas, el contraste en la actitud y los resultados fue evidente.
El tema recién se inicia, y proponemos un debate franco, respetuoso, pero no complaciente, nuestra tribuna esta abierta.
Como siempre, Fundavida mete el dedo en la herida. Muchachos, si ustedes se la bancan, nosotros les hacemos el aguante, sino encaramos con franqueza estos temas nos iremos al carajo.