«La lucha recién ha comenzado»: la evolución de Greta Thunberg, de las huelgas escolares a los desafíos del «activismo adulto»
“No podemos salvar al mundo obedeciendo las reglas”.
Greta Thunberg dijo estas palabras al conocer el fallo de un tribunal sueco en su contra.
La corte multó en julio a la joven activista climática y ambientalista sueca por desobedecer a la policía durante una protesta en instalaciones petroleras en el puerto de Malmo, en el sur de Suecia.
A pesar del fallo, horas después Thunberg y otros jóvenes volvieron al mismo sitio a bloquear la vía de acceso a una terminal petrolera y fueron retirados por la policía.
La imagen de Thunberg llevada a la fuerza por agentes policiales parece contrastar con la de la adolescente de 15 años que comenzó en 2018 a sentarse cada viernes con una pancarta afuera del Parlamento sueco.
En solo cinco años la joven inspiró protestas estudiantiles en más de 180 países, escribió tres libros y pronunció numerosos discursos en cumbres internacionales, fustigando a los líderes económicos y políticos por su inacción ante la crisis climática.
Thunberg se graduó de la secundaria en junio de este año con 20 años, más tardíamente que sus contemporáneos por haber tomado un receso para sus campañas. En ese período, por ejemplo, cruzó el océano Atlántico en un pequeño barco para asistir a la cumbre de Naciones Unidas en Nueva York.
Al graduarse, la activista sueca dijo que tras 251 semanas ya no continuaría su huelga escolar de los viernes. Pero dejó claro que seguiría luchando para que los líderes globales respondan a la emergencia climática.
¿Qué puede esperarse de Thunberg en esta nueva etapa? ¿Qué reacciones despertará no ya la niña sino la mujer adulta? ¿Muestran acciones como la de Malmo un nuevo rumbo en su activismo y en el movimiento climático juvenil en general?
De la niñez al “activismo adulto”
“Cuando Greta Thunberg comenzó su protesta afuera del edificio del Parlamento sueco en gran medida se la veía como una niña”, le dijo a BBC Mundo Chris Christensen, profesor de periodismo de la Universidad de Estocolmo.
“Después de pasar de la adolescencia a los 20 años se ha alejado un poco de esa imagen infantil y se ha acercado un poco más a lo que podríamos considerar activismo adulto”.
“Pero creo que para muchas personas a nivel internacional ella todavía está atascada en esa imagen de niña. Notas esto en muchas de las reacciones de la gente que no sabe cuántos años tiene y todavía hablan de ella como si tuviera 15 años”.
Para Christensen es posible hablar de una evolución en el activismo de Thunberg, que “se aleja de la simple protesta sentada a algo probablemente más abiertamente político e incluso a lo que podríamos considerar disidencia”.
“Malala es otro ejemplo; cuando pasó de ser una niña a una mujer su activismo también se convirtió en algo diferente. Y lo que vemos con Thunberg es que está participando en muchas acciones directas y protestas como la de Malmo y creo que eso es probablemente lo que sucederá con ella”.
“Estar donde se hace el daño”
La protesta de Malmo ayuda a comprender ese activismo más directo al que se refiere el profesor Christensen.
Thunberg ya había sido arrestada en enero en la localidad alemana de Lutzerath por protestar contra la demolición de un pueblo para abrir paso a una mina de carbón.
La joven participó en las acciones de Malmo en junio como integrante de “Reclamar el Futuro”, una organización sueca.
“Reclamar el Futuro es un movimiento de y para jóvenes de entre 12 y 30 años para resistir directamente a la industria de los combustibles fósiles que está quemando nuestro futuro”, le dijo a BBC Mundo Irma Kjellström, vocera de la organización que estuvo junto a Thunberg en las protestas de Malmo.
“Y mientras hacemos eso, creamos lo que llamamos ‘nuestra comunidad radical de esperanza’. Queremos tener un movimiento en el que podamos desafiar muy clara y concretamente lo que está destruyendo nuestras posibilidades de un futuro y también en el que podamos vivir y ser jóvenes”, agregó.
El veredicto contra Thunberg “fue el primero contra un miembro de Reclamar el Futuro”, señaló Kjellström.
Y volver a la terminal petrolera horas después del fallo fue una acción acorde al fin del movimiento, según la vocera.
“Básicamente nos enfocamos en estar exactamente donde se está haciendo el daño y en estar físicamente en el camino de la misma industria que se interpone en nuestro derecho a la vida y a un futuro que podemos esperar y soñar”.
BBC Mundo preguntó a Kjellström si la acción de Malmo es indicio de una nueva orientación para Thunberg.
“Creo que hemos visto a Greta hacer acción directa varias veces últimamente. Y creo que eso está en consonancia con el desarrollo en general del movimiento climático de los jóvenes”, señaló.
“Nos estamos volviendo más hacia detener realmente las mismas fuerzas que son la mayor amenaza y espero que eso continúe”.
Acciones legales
Además de protestas como la de Malmo, Thunberg ha recurrido a la justicia.
En noviembre de 2022, la activista fue uno de los cerca de 300 jóvenes de la asociación Aurora que demandaron al Estado sueco por lo que consideran medidas insuficientes contra el cambio climático.
“Somos una asociación dirigida por jóvenes que trabajan por la justicia climática y la forma en que hacemos esto es que usamos la ley como herramienta. La razón es que nos encontramos en múltiples crisis ecológicas que requieren una transformación sin precedentes de nuestras sociedades”, dijo a BBC Mundo Ida Edling, coordinadora legal de Aurora.
La demanda judicial de Thunberg y otros jóvenes contra el Estado sueco no tiene precedentes en el país escandinavo.
“Estamos argumentando que el Estado no está realizando suficiente acción climática y con ello está violando nuestros derechos humanos. Porque aunque vivamos en una parte muy privilegiada del mundo, sabemos que si el Estado no revoluciona el sistema económico nos veremos afectados por la crisis climática en el futuro. Y eso es violar nuestros derechos humanos a la vida, a la salud, al bienestar, a la dignidad, al hogar y a la propiedad, por lo que no vimos otra posibilidad que demandarlos”.
¿Qué dice esta demanda judicial sobre Thunberg y sobre el movimiento juvenil que integra?
“Obviamente no puedo hablar de lo que está haciendo Greta, pero diría que el movimiento juvenil se está diversificando”, señaló la coordinadora legal de Aurora.
“El movimiento juvenil se ha dado cuenta de que debido a que la situación es tan desesperada, necesitamos usar muchas herramientas. La acción legal es un camino, las huelgas escolares son otro camino, la presencia en los medios es un camino y la acción directa es otro”.
“Una gran cantidad de misoginia”
La figura de Greta Thunberg generó desde el principio fuertes reacciones en la opinión pública.
“Mucha gente la criticó por no ser una experta científica. Siempre decían los críticos, ¿por qué estamos escuchando a una niña? Pero ella ha sido muy, muy explícita a lo largo de los años al decir que no es una experta. Ella dijo, y estoy parafraseando, ‘mi trabajo como activista es esencialmente llamar la atención sobre lo que dicen los científicos’”, señaló Christensen.
“Esa es la crítica fácil en su contra, pero el activismo tiene que ver con crear conciencia y creo que sus cinco años como activista se han centrado en crear conciencia sobre la ciencia”.
Es probable que acciones directas como la de Malmo sigan generando respuestas tan duras como diametralmente opuestas. Para algunos, esas acciones son ante todo una violación de la ley y el orden que no debe tolerarse. Otros, en cambio, comparten la visión del secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, quien señaló en un twit el año pasado:
“Los activistas climáticos a veces son representados como radicales peligrosos. Pero los radicales verdaderamente peligrosos son los países que están aumentando la producción de combustibles fósiles”.
Christensen señala que a los 20 años es posible que Thunberg genere reacciones aún más fuertes por parte de sus críticos.
“Cuando tienes 15 años y eres activista, creo que también hay una reticencia de la gente a criticar demasiado porque se trata de una niña, piensas es joven, es idealista. Pero cuando llegas a la edad adulta, hay menos miramientos en términos de crítica».
Christensen señala que algunos comentarios negativos sobre Thunberg no tienen nada que ver con el contenido de su mensaje.
“Creo que al menos en las redes sociales, no quiero generalizar demasiado, hay una gran cantidad de misoginia en torno a su activismo”.
“Ves varios comentarios negativos sobre ella y creo que muchos tienen que ver con el hecho de que tienes una mujer que se ha vuelto extremadamente influyente a una edad muy joven, tiene muchos seguidores y cuando dice algo la gente escucha. Y esto molesta a mucha gente, particularmente molesta a muchos hombres que han estado acostumbrados a estar en puestos de autoridad y no están habituados a ver en esos puestos a mujeres jóvenes”.
La nueva generación adulta
No está claro, según Christensen, si el mensaje de la Greta adulta alcanzará a más sectores adultos de la población. O si, tal como ha sucedido con otras figuras famosas, tras tantos años en la mira internacional se reduzca su influencia debido a un cierto cansancio en el público.
Pero hay algo importante que debemos recordar, señala el profesor de la Universidad de Estocolmo.
“Cuando Thunberg tenía 15 años, muchas de las personas que la querían y la apoyaban tenían 13, 14 o 15 años y ahora son adultos”.
“Quizás uno de los elementos más importantes de su activismo es el hecho de que la gente más joven que la siguió muy de cerca cuando era joven, ellos mismos ahora se están convirtiendo en personas mayores en posiciones no necesariamente de poder, pero son votantes y pueden convertirse en activistas, pueden hacer cosas”.
“Entonces, aunque puede ser que ahora se dirija a una audiencia de más edad, también ha llevado consigo a una gran audiencia joven de hace cinco años hasta la edad adulta y ellos la seguirán”.
“No tenemos otra opción”
Los jóvenes activistas entrevistados por BBC Mundo no pudieron confirmar si Thunberg planea asistir a la universidad en el futuro próximo.
Lo que sí está claro es que que el activismo de Thunberg continuará y que los efectos del cambio climático son cada vez más evidentes.
La ola de calor que azotó a Europa y Estados Unidos en julio habría sido “virtualmente imposible” sin el cambio climático causado por la acción humana, señaló un estudio el mes pasado.
Y la Organización Meteorológica Mundial confirmó el 31 de julio que las temperaturas oceánicas de ese mes fueron las más altas jamás registradas para esa época del año.
Tal vez uno de los mejores indicios de los próximos pasos de Greta Thunberg están en sus palabras al graduarse.
«Todavía nos estamos moviendo en la dirección equivocada, donde a los que están en el poder se les permite sacrificar a las personas marginadas y al planeta en nombre de la codicia, las ganancias y el crecimiento económico”, señaló la activista.
«Continúan desestabilizando la biosfera y nuestros sistemas de soporte vital”.
…
«Simplemente no tenemos otra opción que hacer todo lo que podamos”.
«La lucha recién ha comenzado».