Hace ya mas de una década, integrantes de FUNDAVIDA, presenciaron como se estaba destruyendo el monte nativo en un predio sensible en la costa de un arroyo, con la clara intención de ofrecerlo a la agricultura industrial. Se comunicaron con el funcionario del gobierno entrerriano responsable de impedir los desmontes, tal lo establece la ley con una prohibición específica y la respuesta que obtuvieron fue: «Si esta bien, es nuestra area y responsabilidad, pero no tenemos nafta para enviar algun vehículo con funcionarios para intervenir»(SIC). Ese era (y es) el grado de cinismo conque quienes pretenden que se cumplan en Entre Ríos las leyes de protección ambiental, se deben enfrentar.
FUENTE: UNO ENTRE RÍOS
Tal como había testimoniado UNO tiempo atrás, Entre Ríos perdió 135.000 hectáreas en una década, aún pese a la prohibición de deforestar bosques nativos, según la Ley Nacional N° 26.331 y la Ley Provincial N° 10.284 de Ordenamiento Territorial de los Bosques Nativos.
Comparado con el Censo Forestal Nacional realizado en 1914, la superficie de bosque nativo en la provincia se redujo un 70%, en un siglo, como consecuencia de la expansión de la frontera agrícola, la ganadería bajo bosque, la implantación de pasturas en áreas deforestadas, los incendios naturales e intencionales y la explotación forestal.
Según el último estudio nacional, Entre Ríos no se encuentra entre las jurisdicciones con mayores pérdidas. Salta, Formosa, Chaco y Misiones son quienes presentan mayores pérdidas de bosque nativo.
De todos modos, en el caso del territorio entrerriano, el estudio plantea en uno de sus tramos, que durante el período 1986-2008 se observan “cambios sustanciales tanto en la cantidad como en la configuración espacial”, con “nuevas áreas deforestadas con pérdida de hábitats, incluso dentro de los fragmentos de mayor tamaño y con alto valor de conservación, reducción en el tamaño medio de los fragmentos, aumento en el número de los mismos y mayor aislamiento entre los fragmentos más pequeños. Los principales factores impulsores de esos cambios estuvieron relacionados, fundamentalmente, con la urbanización (distancia a localidades) y al transporte (distancia a rutas), así como a características de los fragmentos de bosque nativo, en tamaño y forma”.
Entre las causas se indica que el incremento de la carga ganadera sobre áreas de bosque nativo de baja productividad forrajera (bosque con uso ganadero) en distintas regiones del Espinal, muestra que el sobre-pastoreo aumenta la degradación de los bosques al eliminar parte de la cobertura vegetal, erosionar el suelo y eliminar los renuevos de especies arbóreas”.
Esos cambios pueden impactar negativamente sobre la biodiversidad, provocando la reducción del tamaño poblacional y las tasas reproductivas de distintos grupos de organismos, elevando la probabilidad de extinciones locales de determinadas especies. Además, “la pérdida de hábitat puede reducir la diversidad genética y la capacidad de las especies de adaptarse a las nuevas condiciones. El incremento del aislamiento restringe la capacidad de muchas especies de moverse a través del paisaje en respuesta a los cambios en el uso de la tierra”, menciona acerca de la situación en la provincia