Las decisiones de nuestra clase política no son materia de denuncias ni condenas a pesar que pueden ocasionar, como en este caso un número inconmensurable, por ahora, de víctimas.

Solá puso la firma que permitió a Monsanto ser la corporación más peligrosa y destructiva del país La resolución 115, fechada el 14 de marzo de 1996, estableció el método de solicitud de autorizaciones para “la experimentación o liberación de la semilla de soja transgénica”. La 167, del 3 de abril del mismo año, autorizó a producir y comercializar la semilla y los productos y subproductos de la soja “tolerante al herbicida glifosato”.

Los «Protocolos Científicos» que utilizó Solá para  justificar su autorización fueron folletos de propaganda de la misma Monsanto que ni siquiera estaban traducidos, estaban en inglés.

Hoy la OMS -Organización Mundial de la Salud- ha confirmado lo que todos sospechaban; el glifosato produce cáncer.

Decenas, cientos, quizás miles de personas han contraido esta terrible enfermedad por la irresponsable autorización otorgada por Solá, sin embargo ningún fiscal, ningún juez, lo ha puesto a disposición de la justicia: los crímenes que el habilitó se siguen cometiendo impunemente.

Pero nosotros tenemos memoria y nos seguimos preguntando: ¿Cuanta gente has matado Felipe?