Es evidente que BAYER se va quedando sin argumentadores para salir por medios periodísticos a calumniar los científicos que han evidenciado el criminal modelo de agricultura industrial que ahora lidera, luego de haber comprado MONSANTO.
Pero la nota publicada en LA NACIÓN este domingo 01/07 es de tan grosera falta de calidad, y obviamente de verdad, que recomendamos a nuestros lectores que la lean para ver sin intermediarios los burdos operativos de prensa de estas multinacionales de la muerte.
«Atacar el glifosato no tiene soporte científico»
Y si, descontamos que Ud. habrá quedado desconcertado como nosotros por el título, pero tenemos que serle francos: el que profirió el exabrupto fue por más con su afirmación que aquí va completa porque es muy larga para un título: Las acusaciones contra el glifosato no solo están infundadas, sino que han sido contrarrestadas por más de 900 estudios científicos
Quién las firmó presume como presidente y fundador de la Fundación Argentina de Ecología Científica (SIC), nada menos. Título tan desproporcionado que se derrumba inmediatamente por su propio peso.
Pero lo interesante de su afirmación, no es su falsedad evidente sino que fue publicada como una nota editorial, con firma incluida, en uno de los medios periodísticos nacionales de mayor representatividad, en su edición dominical, la que mayor número de lectores convoca.
En el texto mencionado, una colección de mentiras y exabruptos, el autor se permite denostar con falsedades nada menos que las investigaciones del Dr. Andrés Carrasco, (1946/2014) quién fue presidente del Conicet. Investigador reconocido internacionalmente por sus estudios en el Laboratorio de Biología molecular de la facultad de Medicina de la Universidad nacional de Buenos Aires.
Carrasco fue quién primero investigó las consecuencias del glifosato en los embriones de mamíferos, pruebas que efectuó exponiendo los mismos al contacto con una solución de la droga en una dilución 1.500 veces menor que la habitualmente usada en nuestros campos. Pues bien, el presidente de la FAEC Fundación Argentina de Ecología Científica, Eduardo Ferreyra, en la editorial publicada se permite un sarcasmo tan falto a la verdad que solo esa afirmación descalabra la maniobra de prensa, seguramente financiada por la industria que desarrolla y vende agrotóxicos, cuando afirma con sorna: que para denostar el glifosato se sumergieron embriones directamente en la droga, sin diluir (Sic).
Si Ud. quiere conocer los títulos científicos del individuo le ahorramos el trabajo de googlear su nombre, aquí van, extraídos de la propia página oficial de la FAEC: Eduardo Ferreyra, egresado del Liceo Militar Gral. Paz de Córdoba como Subteniente de Infantería, dedicado a la publicidad, fotografía técnica y científica. Fue invitado por el gobierno del Brasil a participar en un curso de Lucha Anti Guerrillera en las instalaciones del COSAC donde recibió la instrucción y el diploma de «experto en supervivencia en la selva».
Este sujeto, cuyos títulos científicos (o mejor dicho, falta de ellos) constan en el párrafo anterior es la espada escogida por estos días por los defensores del modelo de agricultura industrial para intentar una burda descalificación de los científicos como Andrés Carrasco o Gilles- Éric Séralini, solo por nombrar algunos.
El intento es revelador porque delata por lo menos dos cosas, la primera y más obvia es que las argumentaciones en defensa de estas substancias han perdido todo soporte científico al tener que apelar a argumentaciones tan falsamente burdas como las referidas. La segunda es que el poder económico de estas corporaciones es capaz de apelar a cualquier medio en sus operativos de prensa, como este que fue publicado el domingo 1/07 por un medio nacional que se auto promociona como: Difusor de información confiable en noticias de Argentina y del mundo (SIC).