El Uruguay ya no es una nación, gracias al Frente Amplio se ha partido al medio y consolidado como dos países bien diferenciados; por un lado la mitad de su territorio está en manos de capitaless extranjeros y especuladores inmobiliarios de la peor laya internacional, emblemáticamente representados por Donald Trump.

El actual presidente de los EEUU, acaba de nombrar a tres países de nuestra geografía centro y sudamericana: El Salvador, Haití y Jamaica, como ‘agujeros de mierda’ shithole(SIC) mostrando lo que verdaderamente piensa la burguesía internacional sobre nosotros y nuestros hermanos americanos.

URUGUAY PARTIDO AL MEDIO

El Uruguay del Frente Amplio ha terminado siendo la antítesis del proyecto libertario que soñaron sus fundadores.     Copado por un coctel  de miembros de la clase media arribista y acomodaticia como Tabaré Vázquez y traidores a la causa y a sus compañeros como Mujica, Topolansky, F. Huidobro y el resto, el FA ha devenido en al partido de la burguesía y de los intereses del saqueo y la extranjerización.

A la fotografía de los productores rurales, de todos los niveles económicos, grandes y pequeños, en las calles y rutas del país protestando por las políticas de la coalición gobernante que ha provocado la extranjerización de ocho millones de hectáreas y la instalación de los ‘desiertos verdes’ de las plantaciones industriales que en los ultimos años han expulsado del campo decenas de miles de pequeños y medianos productores a los cinturones de miseria de Montevideo ó directamente al exilio, se opone la grosera imagen del lujo obsceno de Maldonado y Rocha, extranjerizados a manos de políticos con dineros mal habidos de toda América y  especuladores inmobiliarios globales.

Los nuevos paradigmas instalados por el FA imponen como modelo a seguir el signado por los valores de los Donal Trump, ‘y sus ultra exclusive luxury apartments‘, los Macri para sus empresas fantasmas de contrabando a la Argentina, y los Rockefeller que se han apropiado de la parte mas linda de su geografía, a la que los charrúas ya no pueden concurrir a disfrutar porque los precios de todo la hacen imposible para que el pueblo uruguayo acceda a estos paraisos.