LOS NIÑOS NUEVAMENTE REPUDIAN A BOTNIA

El Argentino de Gualeguaychú

El Grito Blanco se realizará este viernes en defensa del río Uruguay y en repudio a Botnia

El viernes 9 a las 10 en la Plaza Urquiza se realizará el octavo Grito Blanco en contra de la pastera Botnia (UPM) y en defensa de la vida.

Hay dos movilizaciones que ocupan un sitial de privilegio en la historia de la comunidad: el abrazo al río que se realiza todos los años a fines de abril y el Grito Blanco que este año cumplirá su octava edición y se realizará el 9 de noviembre, justo en el día en que la pastera Botnia cumple cinco años de constante contaminación.
El Grito Blanco es realizado desde el 2005 por alumnos de escuelas primarias y secundarias de la ciudad, todos vestidos con sus guardapolvos en repudio a la presencia de plantas productoras de celulosa sobre las márgenes del río Uruguay. Se trata de una movilización que ha marcado un hito en la unión de un pueblo que se opone al avasallamiento, a la contaminación, a la destrucción y a la muerte.
Como reacción a este avasallamiento cada año los niños, adolescentes, jóvenes y adultos se movilizan y emprenden acciones en favor de la vida y la salud de las generaciones presentes y futuras.
Este año se espera la presencia de delegaciones escolares que llegarán desde otros distritos en solidaridad con Gualeguaychú. Ese es el caso de la escuela de nivel primario “Raíces y Alas” ubicada en Escobar, Provincia de Buenos Aires. Junto a ellos, muchas escuelas rurales del departamento también se harán presentes, aprovechando el espacio para denunciar las fumigaciones con agrotóxicos que se aplican cerca de esos establecimientos.
Las autoridades de ambos países todavía no han dado cabal respuesta ante la presencia de UPM-Botnia, como tampoco han podido hasta el momento frenar la contaminación del río Uruguay, junto al impacto económico y social negativo.
El Grito Blanco es un clamor de los alumnos hacia los adultos, que recuerda que el Río de los Pájaros –como sabiamente pronunciaron nuestros hermanos mayores, los pueblos originarios- debe ser preservado como fuente de vida y belleza, cualidades que no pueden ser arrasadas por la cultural de la depredación.
Por eso el Grito Blanco interpela a todos, especialmente a las autoridades del Estado, pero también a los adultos en general, porque toda contaminación se provoca por una decisión de un mayor responsable. Además, este Grito es una clara manifestación de que el pueblo de Gualeguaychú jamás otorgará la licencia social al funcionamiento de Botnia.
Este año, los escolares se reunirán el viernes a las 10 en la Plaza Urquiza, para expresar el espíritu de que entre todos se debe salvar al río Uruguay.
“Si bien aún restan definir varias cuestiones la actividad se realizará con una modalidad similar a la del año pasado”, explicó el asambleísta Oscar Bargas, quien valoró la continuidad de este Grito Blanco, “porque de algún modo la posta de la lucha ya está en buenas manos”.

Contextos y perspectivas

A través de la Disposición N° 42, la Departamental de Escuelas –como es habitual- dio visto bueno a la solicitud de la Asamblea Ciudadana y se sumó de manera decisiva a incentivar la lucha que lleva adelante Gualeguaychú en defensa del medioambiente y la vida.
En los considerandos de la Disposición, la titular de la Departamental de Escuela, Marta Landó, sostuvo que esta actividad “involucra a todos los alumnos de nivel inicial, primario y secundario y se lleva a cabo mediante un cronograma de actividades, cuya duración es de cuarenta minutos; que los destinatarios son los niños, sus familias, la escuela y público interesado en una actividad que los tenga como protagonistas en la defensa de la vida y la preservación del medioambiente”.
También se sostuvo que “alimentar tempranamente la concientización por el cuidado del planeta es una forma de mejorar la vida para las generaciones futuras”.
Por eso dispuso la realización de un cambio de actividades en los establecimientos de todos los niveles y modalidades de la cuidad para el 9 de noviembre a partir de las 10, para concurrir al Grito Blanco en la Plaza Urquiza.
“Como sucede en cada edición del Grito Blanco la idea es que los chicos expresen sus sentimientos de manera libre”, sostuvo Bargas. “Lo pueden hacer con poesías, canciones, dibujos, carteles o de la manera que ellos prefieran y se les ocurra”, graficó.
El Grito Blanco siempre se realizó en la Avenida Costanera pero desde el 2009 se realiza en la Plaza Urquiza, un lugar de mejor acceso para todos los colegios y que cuenta con más sombra para proteger del sol a quienes se sumen a la manifestación.   El Grito Blanco de este año tiene el valor de darle continuidad a la lucha contra las multinacionales y los modos de producción que contaminan, pero también será una formidable oportunidad para evitar el olvido.
“En Gualeguaychú no hay dudas, más allá de algunas diferencias: vecinos, instituciones, asambleístas, autoridades… todos comparten la defensa del medioambiente y el sí a la vida” y nadie quiere que Botnia (UPM) siga como está: impune, fabricando la muerte a su alrededor”, reflexionó Bargas. Para las autoridades municipales, que el Grito Blanco se realice en la Plaza Urquiza, frente al Palacio Municipal, es ideal para un acto de estas características. “Porque todas las consignas son por el sí a la vida y fuera Botnia, cuestiones con las que estoy de acuerdo”, había reflexionado el año pasado el intendente Juan José Bahillo en ocasión de esta movilización y en esta edición nada ha cambiado. De hecho, el propio Palacio Municipal luce en su frente un enorme cartel, a manera de escarapela, que recuerda que el NO a las papeleras y el SI a la vida tienen vigencias por estas tierras.  En Gualeguaychú el tema ambiental no se concentra solamente en la presencia de Botnia, sino también cada vez es más intenso el reclamo en contra de otras calamidades a la naturaleza y a la salud. En ese orden, es creciente la preocupación por los agrotóxicos, la necesidad de consolidar el desarrollo sustentable a nivel industrial, el reclamo permanente sobre el saneamiento de los cursos de agua, entre otras situaciones complejas que amenazan la calidad de vida de los vecinos. El río Uruguay, ese camino que camina, ese cordón umbilical que alimenta pueblos y ciudades, ese Río de los Pájaros, hoy se ha convertido en un peregrino en medio de un holocausto. El desmonte nativo, los agrotóxicos, las floraciones algales, la depredación ictícola a escala industrial, los vertidos de efluentes industriales y urbanos, Botnia, entre otros flagelos, son quienes lo utilizan como una cinta transportadora de contaminación a cielo abierto. Por eso el 9 de noviembre la comunidad tiene cita no sólo con la historia sino también con el futuro.

Por Nahuel Maciel
EL ARGENTINO

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