Tabaré: ¡el conflicto está mas vivo que nunca!

Tabaré Váquez, el neoconservador que usurpó las banderas del sufrido pueblo charrúa, el que consolidó los proyectos de neocolonialismo iniciado por Sanguinetti, el que dijo que no permitiría que el norte rico trajesen sus industrias basura al hemisferio sur, el que le pidió alianza militar a Bush para traer el horror de la guerra al Río Uruguay ahora miente una vez mas diciendo que el conflicto está terminado. 

 

Como el milagro de la sangre de San Genaro,

La movilización de Gualeguaychú contra las pasteras en el Río Uruguay renueva todos los años su vigencia en la Marcha al Puente, indudablemente la mayor movilización social por temas ambientales que se registre desde que se tenga memoria.

La Asamblea Ciudadana Ambiental de Gualeguaychú nuevamente organiza este evento sorprendente para observadores no advertidos, provocado por la magnitud de la agresión infligida al río compartido por parte de estos megaemprendimientos celulósicos que los nórdicos han expulsado de sus territorios por sus consecuencias nefastas y trasladado aquí por la complicidad criminal de dirigencias políticas acostumbradas como el tero a cacarear en un lado y poner sus huevos en otro.

La 11ª. Marcha al Puente nuevamente moviliza familias enteras pero sobre todo la juventud que siempre es la nota sustantiva de este evento porque son los jóvenes los más sensibilizados con la destrucción de naturaleza y vida que ha instalado el paradigma de la organización social humana en los últimos tres siglos.

 Cuando vinieron estas empresas con sus cantos de sirena y mentiras, prometieron ‘responsabilidad empresaria’ pero muchos sabíamos que la única responsabilidad que les interesaba era la de obtener descomunales ganancias a costa de la naturaleza y los recursos naturales regionales.

El campo se les hizo orégano en Uruguay, una dirigencia cómplice que no reconocía banderías políticas les hizo la cabecera de puente para su desembarco neocolonial.

Primero Sanguinetti, representante de los intereses conservadores tradicionales, que les abrió la puerta, por supuesto que participando en el festín del saqueo con una porción del negocio.

Después, el hoy reelecto Tabaré Vázquez, que hoy ya no disimula su ideología conservadora, a caballo de las consignas libertarias y progresistas de la coalición que lo ungió, que él no duda en traicionar con el mismo cinismo pragmático que estableció un ex presidente de nuestro país cuando dijo:…’ si les decía lo que iba a hacer no me votaba nadie’.

En su primera campaña Vázquez prometía defensas de naturaleza y soberanía asegurando que no permitiría que desembarcasen aquí las empresas contaminantes del hemisferio norte desplazadas a contaminar otras regiones.

Sin embargo hizo todo lo contrario, no solo las autorizó sino que les hizo el presente de instalar el conflicto en un escenario chauvinista tan conveniente a los intereses del saqueo.

Hoy las previsiones que se hacían en Gualeguaychú están todas confirmadas, el Río Uruguay es una cloaca, y no lo decimos nosotros, lo dice la CARU, que recientemente ha publicado los resultados de su monitoreo de todas las playas de su trayecto compartido.

Por supuesto que nuestro país es responsable de parte del problema, ciudades como Federación, Concordia, Colón y Concepción del Uruguay, entre otras, arrojan sus vertidos sin tratamiento a sus aguas, mientras que la agricultura de ambos países contribuye con millones de litros de agrotóxicos que se vuelcan en los suelos agrícolas y terminan en los acuíferos.

Pero el aporte de estos megaemprendimientos celulósicos es sustantivo, centenares de millones de litros que diariamente toman del río, envenenan y devuelven a él con su carga de tóxicos y químicos cancerígenos.        

Cuando desde Gualeguaychú advertíamos que el aporte de esta empresa iba a ser inmanejable para las aguas del Uruguay, los personeros de BOTNIA respondían que su caudal de aguas podía procesar lo que ellos arrojarían.     Hoy está visto que esto también es mentira. 

El río agoniza, este año ya se manifestaron sus consecuencias en todas las playas de uso turístico especialmente las de Colón, donde se enfermaron cientos de turistas desprevenidos.    En los próximos tiempos se ira magnificando el efecto devastador que tendrán estas noticias sobre la demanda vacacional que tantos beneficios ha traído a prestadores y miles de familias que dan servicio a es esta industria.

Mientras tanto los enclaves neocoloniales se llevan la fertilidad de los suelos dejando la contaminación, la concentración de la riqueza y la infraestructura vial destruida, tal lo anticipamos hace más de una década.

Tampoco nos hacemos los distraídos, la agricultura que no reconoce fronteras sigue usando substancias probadamente cancerígenas para elaborar nuestros alimentos y las ciudades ribereñas de nuestras costas tienen que procesar sus aguas servidas antes de volcarlas al río.

Pero sabemos que la lucha por la defensa de la naturaleza y la vida está en buenas manos, en las manos de los ciudadanos que iniciaron el camino sin retorno de la lucha contra estos intereses, que han dado sobradas muestras de su vocación insobornable.

Pero estamos confiados en el resultado final de esta lucha porque sabemos, porque la historia lo ha demostrado, que: Gualeguaychú no va a aflojar. 

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