SUSTENTABILIDAD DE LOS RECURSOS ¡AL CARAJO !

Se termina la sustentabilidad
Más del 70% del área sembrada viene corresponde al complejo oleaginoso y el resto a cereales. Así lo viene advirtiendo en los últimos años la Fundación Producir Conservando (FPC). La consecuencia a corto plazo es mayor deterioro de los suelos por erosión y no reposición de nutrientes, mayores costos de producción para la campaña y rendimientos iguales o menores.
En el inicio de una nueva campaña de cosecha gruesa, se enfrentan los productores a un escenario por lo menos incierto. A las amenazas climáticas de condiciones de humedad muy limitadas en muchas zonas productoras y en un mercado de precios sostenido, se suman las discusiones sobre las retenciones segmentadas, las facultades de la Oncca en su intervención en el comercio granario y en los últimos días hay que agregar proyectos sobre ley de arrendamientos, limitaciones a la utilización de algunos agroquímicos clave para la producción en algunas provincias y amenaza de restricciones a la compra de tierras por sociedades que no tengan mayoría de capitales argentinos.
En medio de todas estas discusiones -donde en algunos casos no se logran acuerdos ni siquiera en las coincidencias en lo fundamental de cada tema-, la campaña se desarrollará con una ausencia total de factores que configuran la previsibilidad de este negocio. Es esperable entonces que para 2010-2011 se repita lo que en los últimos años la Fundación Producir Conservando (FPC) viene alertando y que es la no sustentabilidad de un sistema productivo donde el 70% del área sembrada estará asentada en el complejo oleaginoso -básicamente soja- y sólo un 30% en cereales, como viene ocurriendo en los últimos años.
Nuevamente se repondrán nutrientes exportados del suelo en forma muy parcial -valores probablemente menores al 30%-, se seguirá perdiendo aporte y cobertura de rastrojos de cereales sobre el suelo generando balances de carbono fuertemente negativos, se seguirán deteriorando (aún en siembra directa) la condiciones de estructura de los suelos por menor aporte de rastrojos, continuaremos con los problemas de malezas resistentes al no rotar principios activos que las controlen y seguirán avanzando las plagas y enfermedades típicas de las zonas donde el monocultivo se expande.

Consecuencias
«La consecuencia a corto plazo es mayor deterioro de los suelos por erosión y no reposición de nutrientes extraídos, mayores costos de producción para la campaña (aplicación repetida de herbicidas, insecticidas y fungicidas) y seguramente rendimientos iguales o menores que en campañas anteriores, a pesar del enorme aporte que la genética viene haciendo en los últimos años y que, aunque sea en forma parcial, ha atenuado la caída de rendimientos en forma global», dice Gustavo Oliverio, coordinador de la Fundación Producir Conservando.
«Si a ello le sumamos, una inflación cercana al 25% anual, los crecientes costos de producción y comercialización (fletes principalmente) y el mayor costo de los arrendamientos de la tierra, en el mejor de los casos con buenas condiciones climáticas, salvaremos el año desde el punto de vista económico pero perderemos competitividad aceleradamente en el mayor negocio que el país tiene en la actualidad y que genera entre el 55 y 60% de los ingresos de divisas por exportaciones», afirma.
Asimismo recuerda «cuando planteamos en 2002 desde la FPC la posibilidad de llegar a 100 millones de toneladas, lo hicimos apuntando a un sistema de producción sustentable. En mayo de 2010 proyectamos las cifras al 2020 en 40 millones de hectáreas sembradas y 135 millones de toneladas también dentro de un planteo sustentable. Insistimos en que ello es sin duda posible y alcanzable en el mediano plazo».
Oliverio afirma además que «la declamada sustentabilidad no se logrará por decreto de necesidad de urgencia ni por leyes del congreso que pretendan regular, diferenciar y/o restringir a quienes participan en este negocio o a sus mercados. Sólo podremos lograr un aumento de la producción y sustentabilidad creando un marco de previsibilidad y estabilidad en el país y en el negocio agrícola».

SUSTENTABILIDAD
No es viable ni sustentable en la Argentina ni en el mundo, un planteo de producción agrícola que contemple el 70% del área agrícola en cultivos que no aportan carbono y sólo un 30% del área con los que si lo hacen. Pero la existencia del planteo actual no es desidia ni antojo de quienes producen, sino consecuencia de la inexistencia de un país que piensa en el largo plazo y que genera políticas y condiciones de confianza para invertir y producir con una mirada de largo plazo. Desde la FPC sostenemos que es posible producir en forma sustentable dentro de diez años -entre otros productos- 135 millones de toneladas de granos, 4/4,2 millones de toneladas de carne vacuna y exportar 1/1,4 millones de toneladas sin afectar el consumo interno en valores normales; y aumentar un 20/25 % la producción láctea. Ello será solamente posible si logramos todos dejar de pensar solamente en mañana y trabajamos y aprendemos a construir un país sustentable a futuro.

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