MENTIRAS IMPIADOSAS

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Los hombres luchamos a brazo partido con la verdad, nos cuesta horrores enfrentarla porque demasiadas veces hacerlo implica dolor y reconocimiento de nuestras miserias personales,  entonces inventamos maquillajes a la mentira para asumirla con menos culpa hablando de ‘mentiras piadosas’ o de ‘nuestra verdad’, y tantos otros artilugios semánticos, para evadirnos y no enfrentarla.

MENTIRAS IMPIADOSAS

Pero existen formas de mentir deliberadamente que expresan sin ambages la miseria moral de los mentirosos, una de ellas, demasiado habitual por estos tiempos, es la mentira que los gobernantes profieren a sus gobernados para tratar de ocultarles verdades que delatan  su traición a los mandatos que los llevaron a sus magistraturas para beneficiar los intereses espurios que agobian a sus pueblos.

Un caso paradigmático de estas mentiras miserables es el que vienen profiriendo loa autoridades del Frente Amplio en Uruguay a sus gobernados,  en el caso de la producción de pasta de celulosa.

Está claro para todos los seres inteligentes que Uruguay NO exporta celulosa, que solo exporta troncos a las zonas francas (territorios extranjeros) donde empresas foráneas elaboran y exportan celulosa sin pasar por el fisco ni la economía local.

Un compañero de Fundavida lo explicaba así:… ‘Cuando un camión con troncos ingresa al predio de UPM, hace un trámite aduanero de exportación de su carga. Uruguay vende madera, sin ningún valor agregado que va a un destino que sí le va a dar valor agregado en cualquier parte del mundo, pero en este caso es la zona franca de UPM.

Una vez dentro del predio, se procede a la elaboración de la pasta de celulosa. Eso es en Fray Bentos al igual que en Conchillas con Montes del Plata.

Ese valor agregado que da la pasta, más la energía que generan con la biomasa, es de la empresa, y solo tributa al estado uruguayo un canon anual por uso de la zona franca. Es una zona extraterritorial comercialmente hablando.

Cuando la pasta de celulosa sale del puerto de UPM, el tramite en aduana es «en tránsito», como está reflejado en las actas de aduana. No una exportación.

Tampoco el Uruguay es formador de precio en el rubro celulosa. Porque la producción ni siquiera se hace en su territorio’.

Además hay que destacar que 1,2 millones de hectáreas de plantaciones de eucaliptos y pinos para la fabricación de celulosa y que ya ocupan  casi el 7% de las 17,3 millones de hectáreas que tiene Uruguay y más del 33% del total de 3,57 millones de hectáreas consideradas “suelos de prioridad forestal”  son de propiedad mayoritariamente de estas empresas extranjeras que también se llevan las utilidades del negocio de la producción de rollizos, cuyas ganancias también se llevan fuera del país.

Y AQUÍ VIENE LA MENTIRA IMPIADOSA

Las autoridades de Uruguay  acaban de anunciar con bombos y platillos que ese país exportó (angaú, como dicen los correntinos) 2,4 millones de toneladas de celulosa por 1,229 millones de dólares en 2014, que las exportaciones forestales totales se incrementaron 26 % en valor, gracias fundamentalmente al incremento de 40 % de la celulosa como resultado del inicio de las actividades de la empresa Montes del Plata, instalada en el departamento de Colonia.

Agregándole a la mentira que en 2015 se estima que el producto interno bruto (PIB) del sector será del orden de 19.000 millones de pesos, frente a los 12.000 millones que representó el año pasado, 9.000 millones entre 2008 y 2010 o 1.000 millones de pesos de 2006. “Este año el PIB sectorial pasará a representar 1,3 % del total del país.  Como si ese producto fuera hecho en territorio uruguayo bajo las leyes fiscales uruguayas.

Uruguay autorizó 12 zonas francas, otorgándoles por ley la máxima libertad que se concibe en este tipo de regímenes. En esas zonas francas se establecieron las Fábricas de Celulosa, el régimen de Zona Franca otorga jurisdicción extraterritorial, libre de impuestos.

Las Zonas Francas exportan o importan desde Uruguay, son territorios extranjeros.               Esta circunstancia, le otorga humillantes ventajas a la inversión extranjera eliminando los beneficios al país, esa es la producción extranjera que las autoridades locales usan falazmente  para engrosar  la contabilidad macro al incorporarla al Producto Bruto Uruguayo, pretendiendo engañar a su pueblo como si fueran idiotas.

La verdadera exportación local es de troncos a las zonas francas que significan una migaja del negocio que de cualquier manera quedan también en manos de los capitales extranjeros, propietarios de las forestaciones como ya hemos apuntado.

Por ahora Argentina está exenta de esta estafa, pero habrá que estar atentos porque el actual presidente ha manifestado supina ignorancia en este tema manifestando una adhesión ideológica al modelo de explotación forestal que está saqueando los recursos productivos y los bolsillos de nuestros vecinos.

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