LOS ANIMALES: VÍCTIMAS SILENCIOSAS DE LOS AGROTÓXICOS

Los animales, víctimas silenciosas de los agrotóxicos

En Chaco nacen perros con labio leporino y las perras tienen infecciones en el útero, en Pergamino (Buenos Aires) hace unas semanas nació un cerdo con una mutación genética que se conoció como “chanchofante”, que no llegó a sobrevivir. Los agrotóxicos no sólo afectan a los seres humanos, sino que los animales son victimas directos de este genocidio silencioso que significa continuar usando estos agentes químicos en nuestro país.

FUENTE:diariouno.com.ar / Leandro Vesco

El herbicida 2,4-D fue uno de los componentes del agente Naranja usado en la Guerra de Vietnam, también se usa en nuestros campos para regular hormonalmente el crecimiento de los cultivos y matar la maleza. Según la Organización Mundial de la salud “el 2,4-D es posiblemente carcinogénico para los seres humanos y animales”, y son precisamente este último grupo las víctimas indirectas del genocidio silencioso que provoca el uso de agrotóxicos.

El endosulfán, el glifosato y el 2,4-D (diclorofenoxiacético) son los agrotóxicos que más se usan en nuestro país, a pesar de prohibiciones, ordenanzas y habeas corpus presentados por vecinos y organizaciones defensoras del medio ambiente, las fumigaciones con estos agentes químicos no se detienen.. Las consecuencias son directas y claras: contaminación y muerte.

Nicolás Arevalo es un ejemplo de esto,  muerto por entrar en contacto con agrotóxicos que le detuvieron su infancia, y también Estela Lemes quien lucha a diario por sobrevivir, intoxicada con glifosato cuando daba clases en una escuela rural entrerriana. A las consecuencias que deben pasar los seres humanos, los animales también padecen por estar en contacto directo cuando los aviones fumigadores pasan por los campos y cuando se alimentan con pastos contaminados.

En el sudoeste chaqueño desde hace tres años el nacimiento de animales con malformaciones se ha vuelto normal, ya no sorprenden a nadie. El desmonte deja paso a la soja y esta al abuso del glifosato, el fin es siempre el mismo: intoxicación y muerte. Animales con malformaciones nacen a diario, los casos más usuales son los perros que con labio leporino, esta malformación es vinculada con la exposición de agrotóxicos.

Los perros, por ser animales que en el medio rural se trasladan por los campos en total libertad, muchas veces deben convivir con bidones de herbicidas que una vez usados son dejados al aire libre o están presentes cuando se está fumigando. Los perros sufren esta exposición con malformaciones. Además del labio leporino, se han presentado casos de perras con piometra, que es una enfermedad que se origina por una infección en el útero y que tiene una causa hormonal.

En La Pampa se dio el caso de un criador de caballos que los halló con la piel irritada luego de que un avión fumigador pasara por su campo. El 2,4-D es uno de los herbicidas más usados en Argentina y acaso uno de los más letales por afectar las hormonas de los seres vivos. Recientemente  se conoció el caso del nacimiento en Pergamino (Buenos Aires) de un chanchofante. La propietaria del criadero porcino comentó a la prensa que la madre había estado en contacto con 2,4-D, que fue rociado en su campo. El chanchofante, un egendro creado por los agrotóxicos no llegó a sobrevivir.

El herbicida 2,4-D se mezcla con otros para poder usarse. Su presencia en el suelo puede durar hasta varias semanas después de la fumigación. Fue creado durante la II Guerra Mundial, por británicos de la Estación Experimental de Rothamsted, conducido por Judah Hirsch Quastel, con el propósito de incrementar los rendimientos de cultivos de una nación en armas. En 1946 se lanzó comercialmente. Por su bajo costo y su poder para matar malezas, fue por décadas el herbicida más usado en todo el mundo.

Más de 1000 productos contienen 2,4-D, en nuestro país se usa en cultivos de trigo, centeno, sorgo, maíz, papa, caña de azúcar y arroz. Por su alto poder contaminante dejó de fabricarse en Estados Unidos y en Europa.  Argentina es hoy uno de los principales productores del mundo de este veneno.

Cuando la foto del chanchofante se viralizó el gobierno debió dar una señal y el Ministro de Agroindustria Leonardo Sarquis, ex Monsanto, restringió el uso del 2,4-D en la provincia de Buenos Aires durante el 1 de octubre hasta el 31 de marzo. El resto del año, puede seguir usándose. El doctor especialista en investigaciones sobre las consecuencias de los agrotóxicos, Damián Verzeñassi en una reciente entrevista con el diario La Gran Época reflexionó: “Si van a hablar en términos económicos, ¿cuánto dinero tenemos que ganar para justificar que un familiar o uno de nosotros nazca con un labio leporino, tenga un linfoma, leucemia o padezca una enfermedad como el hipotiroidismo?”

Comentá desde Facebook

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *