LA IMPUNIDAD DE QUIENES ENVENENAN NUESTROS NIÑOS

 

Luego de todas las mentiras proferidas por la compañías químicas, difundidas por sus socios comerciales y aceptadas por quienes ganan dinero haciéndose los que no se dan cuenta que sus ingresos se logran con el costo que pagan los otros por el envenenamiento que provocan las substancias que utilizan, los agrotoxicos empleados son cada vez más mortíferos, ante la indiferencia de quienes deberían protegernos.

LA IMPUNIDAD DE QUIENES ENVENENAN NUESTROS NIÑOS

No solo son víctimas de estas compañías los que toman contacto involuntariamente con sus productos, sino también quienes, como el Dr. Andrés Carrasco, se han enfermado hasta la muerte por el estrés causado por enfrentarlas.

Sin embargo las autoridades no reaccionan, por el contrario, aceptan con una pasividad cómplice que estas prácticas letales se sigan difundiendo aunque cotidianamente nos anoticiemos del aumento de las víctimas de sus procedimientos.

Esta semana fue la escuela Nº 42 “Paso a Paso”, de Almada, en nuestro departamento, donde produjo un nuevo episodio de fumigación con agroquímicos.

Pero eso no fue lo peor, como consecuencia de la intervención de AGMER, se hicieron análisis que determinaron que en el pozo de agua del establecimiento, que bebían los alumnos y sus maestros, había Glifosato, una substancia probadamente cancerígena que está comenzando a ser denunciada y combatida hasta por la OMS -Organización Mundial de la Salud-

Administrar deliberadamente substancias cancerígenas a personas indefensas, especialmente niños, en cualquier país del mundo civilizado es un crimen  de lesa humanidad del que se hace cargo la justicia.

En nuestra provincia no, por el contrario, los legisladores entrerrianos legislan a favor de continuar este crimen, tolerando sus ejecutores y mirando al costado cuando enfrentan las noticias de las consecuencias que ocasionan con sus leyes.

Si bien debemos destacar que algunos jueces están tomando los temas ambientales para proceder a defender el interés común, en el tema de los agrotoxicos nuestra justicia no ha intervenido significativamente, aunque en este caso de la enésima escuela fumigada, ya es hora que algún Fiscal asuma su rol y proceda a accionar los mecanismos judiciales para proteger tanta inocencia agredida.

Las noticias son cada vez más preocupantes, en esta misma semana se ha publicado un artículo que da cuenta que, al hacerse las plantas resistentes a los poderosos venenos empleados la respuesta que dan las compañías químicas es diseñar, comercializar y aplicar substancias más peligrosas aun que aumentan los riesgos de enfermedades y muerte.

El Dr. Alberto Achával Giraud, Médico, miembro de la Academia de Ciencias Médicas de Córdoba publicó en La Voz del Interior un artículo: Los peligros de los nuevos herbicidas, entre ellos la atrazina, alertando…No es esta la oportunidad de analizar de forma detallada la toxicidad de cada una de esas moléculas. Basta con inspeccionar la etiqueta del producto, que contiene instrucciones para evitar contaminación ambiental, el título es “Pesticida de uso restringido” y el subtítulo dice “Preocupaciones por aguas superficiales y profundas”.

Evitar que un compuesto rociado en grandes cantidades, sobre enormes extensiones, llegue a dichas aguas es por lo menos ilusorio.

Lo mismo ocurre con el S-metolachlor y benoxacor, en la portada descriptiva, se ve un logo que reproduce un árbol seco y un pez muerto, con la leyenda: “Peligroso para el medio ambiente”.

O el organoclorado cíclico S-metolachlor, por la muy prolongada persistencia de estos compuestos en el medio ambiente. El enlace entre átomos de cloro y carbono es fuerte y proporciona gran estabilidad a estas moléculas, que se degradan muy despacio, lo que facilita su acumulación en las cadenas alimentarias.

La lista es larga pero señala el Dr. Achaval que en forma experimental está demostrado que produce efectos muy adversos en animales y efectos citotóxicos y genotóxicos en cultivos de células humanas.

Finalmente el prestigioso investigador señala que estamos asistiendo como espectadores y víctimas potenciales a una competencia sin fin previsible entre la resistencia de las malezas y el ingenio de los químicos, que diseñan moléculas cada vez más activas y de efectos impredecibles sobre seres vivos., que son introducidas al mercado sin que se haya realizado una evaluación exhaustiva de su toxicidad sobre humanos.  Como los efectos aparecen después de períodos prolongados de exposición, resulta que cuando se sospecha su existencia ya es tarde, e irónicamente, el herbicida que ha afectado la salud de poblaciones enteras deja de ser utilizado porque cesó de ser eficaz, como está comenzando a ocurrir con el glifosato.

Desde nuestra Fundación reclamamos urgente intervención a las autoridades que deberían defendernos y sin embargo toleran y auspician estos crímenes.

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