No por esperadas dejan de producir enorme indignación las «nuevas dispocisiones» que anunció Bordet rehabilitando la fumigación de escuelas rurales.
El gobernador, quien habitualmente se encolumna detrás de los reclamos de los intereses que han impuesto los mercaderes de la agricultura industrial en base a venenos y tóxicos en la provincia, una vez más usó a un adlater incondicional de este modelo, el Fiscal de Estado Julio Rodriguez Signes para anunciar como novedad que ha rehabiliado por enésima vez el uso de tóxicos y venenos para que sean vertidos a mansalva sobre las escuela rurales.
Tal lo anticipó FUNDAVIDA, sus «novedades» en realidad son un refrito de dispocisiones ya vigentes al que sumó algunas nuevas, aunque todas ellas comparten la caráterística de ser inviables e impracticables, porque el Estado entrerriano ya se ha mostrado reiteradamente incapaz de controlar las fumigaciones, además de carecer de vocación para hacerlo.
Y esto es ya crónico para las autoridades entrerrianas, en FUNDAVIDA recordamos con indignación cuando denunciabamos ante el gobierno provincial los desmontes ilegales con detalles de tiempo y lugar reclamando se cumplieran las «dispocisiones» que los prohibían y el gobierno, a pesar de su obligación nos decía con absoluto cinismo que:..(SIC) «Carecía de medios, vehículos y funcionarios» para hacer cumplir las medidas que ellos mismos habían dispuesto.
Pero ahora ya no engañan a nadie: el Colectivo BASTA ES BASTA, acaba de emitir un documento denunciando la rehabilitación de las fumigaciones a las escuelas rurales, sus alumnos y personal docente.
Otro decreto para sostener un modelo productivo que mata y fundió a los productores (BASTA ES BASTA)
Otra vez, el gobierno de Entre Ríos emitió un Decreto (2239/19) para acercar las pulverizaciones con agrotóxicos sobre niños y niñas de escuelas rurales, sus docentes y peones y productores que habitan el campo.
Según el fiscal de estado, Rodríguez Signes, este nuevo decreto
insiste en la reducción de las franjas de resguardo que retroceden a 500
metros las aéreas y 100 metros terrestres pero en esta oportunidad
desde el casco de la escuela y no desde su cerco exterior. Además fija
diferentes distancias basadas en lo que habilita el Senasa según el
químico que se disperse. De 100 a 500 metros terrestres se pueden tirar
agrotóxicos clase 3 y 4, con el mismo esquema para la franja entre 500 y
3000 metros en los casos de pulverización aérea.
Lo que no dice Rodríguez Signes ni el gobierno de Bordet es en base a
qué clasifica el Senasa? Es el punto para discutir y evaluar qué tipo
de sustancias están habilitando para ser liberadas en nuestro ambiente y
sobre las cabezas de nuestra gente. La resolución 350/99 de Senasa
categoriza productos químicos y/o formulados solo por toxicidad aguda,
la DL 50 o dosis letal media de cada producto que es una fórmula que
analiza como si se estuviera frente a una sola exposición y no evalúa
los procesos ni analiza el surgimiento de enfermedades crónicas como los
efectos de disruptores endócrinos, el desarrollo del cáncer, el daño
genético que afecta con más fuerza en la primera infancia y el embarazo.
En Argentina, se utilizan formulados considerados legales que en sus
propios países de origen han sido prohibidos hace años porque el Senasa
lo permite. Tampoco se realizan las reclasificaciones de productos antes
nuevas evidencias científicas. Es costumbre aprobar nuevas sustancias
con procedimientos formales “ de registros” sin asidero ni
fundamentación científica que no tenga conflicto de intereses.
Esta manera de aprobar las sustancias está creada justamente para que la
industria pueda colocarlas en el mercado y “no ver” lo que no
conviene. Se disfraza el daño a la salud humana y se niega la
destrucción del suelo fértil. Es necesario debatir no solamente “cómo”
sino “qué aplicamos”.
En el amparo aportamos prueba científica (no opiniones) sobre la
presencia de daño genético en niños rurales entrerrianos y también la
relación entre daño genético y la aparición del cáncer como
consecuencia. Esta es la verdadera dosis letal. Ningún decreto o
argumentación política o técnica puede negar una prueba contundente,
vergonzosa y dolorosa porque destruye nuestro futuro, nuestra gurisada y
nuestro suelo fértil.
El nuevo decreto argumenta como si fueran novedades, con repeticiones y
de manera sobreabundante, una serie de medidas que son legalmente
exigibles hace ya más de una década pero que nadie cumplió ni hizo
cumplir jamás tales como: exigencia de receta, aviso con 48 hs de
anticipación, maquinaria habilitada, presencia de agrónomo en el campo y
observación de las condiciones climáticas.
Como asambleas entrerrianas, reafirmamos nuestro compromiso indeclinable
por la salud de nuestra gente y la recuperación de un campo que la
familia rural pueda habitar, con diversidad productiva, con
recuperación de nuestros suelos y poder involucrar al pequeño y mediano
productor, que son sectores que han casi desaparecido en pos de un
modelo agroexportador concentrado, basado en la especulación financiera.
Estamos frente a un modelo agotado desde lo económico, lo productivo,
lo ecológico y la salud. Es apenas cuestión de tiempo, es un debate
ganado pero lamentablemente debemos ser un territorio sacrificado para
que las multinacionales de insumos puedan agotar su stock que ya nadie
quiere en el mundo.