Vencido el último plazo de prórroga concedido a la empresa para su reubicación, el Ejecutivo Municipal resolvió la clausura “de toda la actividad cerealera”, según explicó a ElDía el secretario de Control Urbano, Eugenio González.

Hace tres meses venció por primera vez el plazo establecido por el Municipio para la clausura de la fábrica de alimento balanceado que desde hace muchos años es un problema para los vecinos de la zona por los inconvenientes generados por el proceso de producción, como el ruido o polvillo que llega a cubrir autos, patios y veredas aledañas.

En ese momento, el intendente Juan José Bahillo resolvió concederle una prórroga de 90 días a la fábrica ubicada en España y Maestra Picini. Cumplido dicho período, y “sin haber elementos contundentes” que indiquen el avance de las gestiones para el traslado de la planta, el Ejecutivo Municipal procedió, a última hora del miércoles, a la clausura de la misma.

Eugenio Gonzáles, secretario de Control Urbano, dialogó con ElDía e informó que “si bien el molino ya firmó el contrato con la empresa que le construirá la maquinaria de la nueva planta, esa documentación sirvió para conseguir la prórroga de cien días”, que ya venció.

Asimismo, el funcionario explicó que lo que está clausurado “es la actividad del molino (la molienda del cereal) no la parte administrativa, ni los depósitos que en sí mismos no generan la mayor contaminación”, denunciada por los vecinos.

Hasta el miércoles por la noche, la Resolución Nº 2/2014 tenía carácter suspensivo, ya que corría la prórroga. Una vez que la misma cumplió el plazo, la resolución municipal entró nuevamente en vigencia, al menos hasta que Molinos Roos presente nueva documentación que acredite fehacientemente mayores avances en las gestiones por la relocalización.

Al respecto, el secretario de Control Urbano fue claro: “Si la empresa presenta nueva documentación, será el Intendente, junto a un equipo técnico si es necesario, el que resolverá si a la empresa se le otorga una nueva prórroga o no”.