¿COMO QUERES QUE TE FUMIGUEN?

RESPECTO DE LAS FUMIGACIONES

                La regulación de las fumigaciones agrícolas con agrotóxicos se ha instalado en el debate social como consecuencia de los daños que ocasionan los productos utilizados sobre la naturaleza y la vida en general.

                Frente al problema, en la legislatura provincial se han presentado dos proyectos para reglamentarlas que comentaremos brevemente.

Proyecto Arlettaz-Cresto

Los senadores de Colón y Concordia elaboraron un proyecto funcional  a los intereses de las empresas que han instalado el modelo de agricultura industrial vigente basado en el uso de semillas genéticamente manipuladas y agrotóxicos.

La síntesis de la propuesta consiste en la permisividad casi ilimitada a los fumigadores para que ejerzan sus prácticas sobre poblaciones, animales y acuíferos sometiendo a todos a graves riesgos de envenenamiento y enfermedades.

El espíritu de los senadores queda manifestado cuando proponen otorgar el control de las normas, no a los organismos de salud y/o ambiente sino a la Secretaría de la Producción, lo que en buen romance significa dejar las gallinas al cuidado del zorro.

La resistencia social que encontraron a su proyecto fue tan grande que no lo han podido sancionar.

Proyecto Melchiori

El representante de Islas del Ibicuy mientras tanto sometió a consideración un proyecto donde se pone énfasis en el alejamiento de los peligrosos tóxicos del contacto con humanos y acuíferos, prohibiendo lisa y llanamente las fumigaciones aéreas y aumentando la distancia de protección a 1.000metros.   Además la idea del proponente es que el control del cumplimiento de la norma este en manos de la Secretaría de ambiente.

Claramente el Proyecto presentado por Melchiori  es preferible al de Arlettaz-Crespo, aunque las distancias planteadas en él serían de difícil control de cumplimiento por los enormes intereses económicos en juego y  la proverbial incapacidad del Secretario de Ambiente de la provincia para tomar iniciáticas proactivas en defensa de la salud de los entrerrianos, los acuíferos y el ambiente en general.

De hecho y confirmando lo dicho, las primeras declaraciones del Secretario Raffo en referencia al proyecto de Melchiori fueron que había que buscar el punto medio entre los intereses de los productores y las personas, ratificando su cuestionable idea que hay que dejar a los fumigadores que envenenen un poco a la gente  ¿Cuánto? Nos gustaría escucharlo a él aclararlo.

 

Nuestra postura

Desde hace años Fundavida plantea la necesidad de cambiar la matriz productiva agrícola abandonando el modelo basado en el uso de OGMs y agrotóxicos.   Hemos incluso enfrentado a otras agrupaciones ambientalistas que  manifestaban que en la provincia de Entre Ríos “no existen conflictos sociales suscitados por las fumigaciones”[i](SIC)

Hoy día no hay espacio para enunciados genéricos referidos a modelos productivos ecológicos sin especificarlos porque corremos el riesgo de que nos envíen al rincón de los idealistas líricos poniéndose los defensores del glifosato en el lugar reservado para quienes enfrentan desde una perspectiva práctica los problemas reales de la humanidad.

El problema real de la humanidad hoy es precisamente que  los alimentos que se están produciendo están enfermando a quienes los consumen, agotando los suelos y envenenado los acuíferos.

Es necesario preservar la fertilidad y lograr cosechas suficientes para alimentar a todos los seres que habitamos el planeta

El modelo productivo que se  debe practicar es el mismo que la humanidad utilizo durante 10.000 años basado en dos técnicas ancestrales: la rotación de cultivos y los barbechos.  Este modelo fue abandonado en el siglo XX por los intereses de las grandes compañías químicas que  junto a los capitales especulativos internacionales diseñaron e instalaron la forma actual con el objeto de apoderarse del recurso alimentario global cosa que están logrando sin que se lo impidamos

Debemos retomar la agricultura histórica, que aún hoy utilizan muchas comunidades basada en barbechos, que es la práctica de alternar cultivos con descansos para recuperar materia orgánica y humedad y controlar los organismos patógenos;  y la rotación de cultivos que restablece los nutrientes y los equilibrios necesario para preservar los suelos.

Además el avance de las ciencias agronómicas, de la meteorología, de las comunicaciones y en fin de la ciencia en general crea nuevas posibilidades de mejoramiento de estas sabias técnicas agrícolas, ecológicas y sostenibles.

La encrucijada es clara: dejamos que los especuladores financieros en sociedad con las multinacionales químicas se adueñen de la fertilidad para agotarla y envenenarnos o recuperamos el control de estos recursos estratégicos para el bien de la humanidad.

 

 

 

 

 



[i] M´Biguá, Diego Rodriguez UNO noticias 2012

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