CARTA ABIERTA A LA PRESIDENTE DE LA NACIÓN

SRA. PRESIDENTA:  AMBIENTALMENTE ME DUELE EL PAÍS .

Espero tenga la oportunidad de leer estas reflexiones aprovechando su estadía en Gualeguaychú, que como ciudadano de esta ciudad agradezco sinceramente.

Como nativo, llevo 20 años preocupado por el maltrato a la naturaleza, no me resigno que Ud., tan sensible a políticas de derechos humanos, de inclusión social, de protección a la niñez, no perciba,  el camino sin retorno que tenemos a futuro, con la degradación ambiental que sufre nuestra madre tierra, y que continua en su gestión por las trasnacionales que desembarcan, para hacer y llevarse de nuestro país lo que en su nación de origen no se atreverían.

Creo Sra. Presidenta, que íntimamente Ud. Sabe y siente que estamos en una dirección ambiental  insostenible,  a cambio de un mejor presente económico.  Estamos condenando a las generaciones por venir. Esa condena, Sra. Presidenta,  dejará un país arrasado en sus recursos naturales. Ninguna nación puede sostenerse a largo plazo con la plata que nos deja el monocultivo de soja, a cambio de los nutrientes de nuestra tierra, de enfermar nuestros ríos, y condenar la salud de los pueblos del interior fumigados, sistema que ha condenado definitivamente a una agricultura sin agricultores desterrados en su propia tierra.

La minería a cielo abierto, ha sido prohibida en la mayoría de los países del primer mundo, y aquí en nuestra patria la recibimos y fomentamos al amparo de leyes que arrasan las montañas, los cerros, historia ya sufrida hace 500 años en el Potosí, cuando los invasores “le hundieron los dientes en la garganta a la América India”, al decir de Eduardo Galeano, y como resultado se llevaron puestos, nuestros aborígenes, el oro, la plata, etc., y sentenciaron a la pobreza por siglos a los pueblos de la América India.

Las leyes de protección ambiental no sirven promulgarlas si no hay una fuerte convicción política de hacerlas cumplir, sabiendo que se “tocan” intereses económicos poderosos, que están condenando la existencia misma de la civilización humana en este planeta, me refiero Sra. Presidenta a dos leyes, la Ley de Protección de los Glaciares, y la Ley de Bosques. La mencionada primeramente está congelada, y los pueblos agrícolas de los valles de la cordillera, que cuidan el agua, porque “es oro”, y riegan por goteo sus sembradíos, deben soportar que una minera a cielo abierto se coma un glaciar o periglaciar, usando diariamente ciento de millones de litros de agua, condenando a un desierto futuro sus tierras, y a sus habitantes al desarraigo y destierro.

La Ley de Bosques, Sra. Presidenta, fue sancionada hace más de 3 años y establece una prohibición total de  desmontes, no obstante ello se ha burlado y arrasado los montes nativos como nunca, y en el caso de nuestra provincia, ni siquiera se han clasificado, a pesar de que nuestro gobernador cuando asumió dijo: “en mi gestión no se desmontará una hectárea”.

Sra. Presidenta, el represamiento del río Ayuí en Corrientes es un crimen ambiental aprobado y promovido por un temible depredador ambiental, como lo es el Gobernador Arturo Colombi, que está sediento de autorizar las pasteras, como así mismo transformar los Esteros del Iberá, nuestro mayor humedal, en una gran arrocera transgénica, con millones de litros de agrotóxicos regando lo que debería ser una Reserva Protegida.

Gualeguaychú, mi pueblo de origen guaraní, está silenciosamente preocupado y angustiado por el funcionamiento de la ilegal Botnia que nos roba diariamente más de 150 mill. de litros de agua, y su gobierno cree que el conflicto está terminado.  No Sra. Presidenta, para nosotros, la vida del Río Uruguay y nuestro sistema de vida elegido ha sido condenado irreversiblemente si esta pastera continúa funcionando durante 40 años a 1.2 mill. de TN de producción.

Su apasionado y recordado esposo y Ex Presidente de los argentinos, expresó al mundo lo siguiente, el día 12 de mayo de 2006 en la cumbre de presidentes, refiriéndose al conflicto por la pastera Botnia:

“No vale aquí doble estándar alguno, lo que se hace en una región, se le hace al mundo todo. Debemos cuidar el medio ambiente en los países ricos y en los países pobres, en américa latina, somos acreedores ambientales del mundo industrializado, y debe aplicarse mundialmente, EL PRINCIPIO DE CAUTELA, y no alentar a las industrias contaminantes para que se muden a los países pobres del planeta por sus menores costos, y se debe consultar la opinión pública de las comunidades que podrían ser afectadas. El Uruguay violó las normas, y el problema es una cuestión ambiental que atañe a toda la nación…”

Sra. Presidenta, con el mayor de mis respetos quiero expresarle que la voy a votar bajo protesta ambiental, me duele y mucho nuestro país a futuro.

No tengo duda que cualquier otra opción sería artera para mi país ambiental, pero no me puedo resignar a eso. Quiero tener y tengo esperanza en Ud. Para que se decida a cambiar el rumbo en pos de la protección de la vida de las generaciones por venir.

Desde el corazón, y con el mayor de mis respetos.

Edgardo Lalo Moreyra dni 5.884262 – Presidente de Fundavida y co-fundador de la Asamblea Ciudadana Ambiental de Gualeguaychú

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