Una de las ciudades más lindas de la provincia de Entre Ríos es la ciudad balnearia de Colón, un escenario de gran belleza, con sus playas paradisíacas, islas de ensueño, bosques en galería, flora y fauna remarcable y más, mucho más.

Pero unos dias atrás una fotografía puso en blanco sobre negro lo que esta ocurriendo allí: muestra el pequeño puerto deportivo que esta en el corazón de las playas de la ciudad, invadido por un agua fétida, óleo-verdosa

Los problemas de la pequeña Mar del Plata entrerriana son varios, algunos compartidos por nosotros: en su ejido están instaladas industrias muy contaminantes que son beneficiadas por una inexplicable tolerancia de parte de las autoridades ambientales.

Las empresas frigoríficas radicadas allí y en la inmediata San José, actúan en un descontrol que viene de lejos, arrojando sus efluentes al río Uruguay inmediatamente antes de las playas de esta ciudad balnearia, obligando a los desprevenidos bañistas a introducirse en aguas que deberían estar clausuradas para baños recreativos por la contaminación orgánica e inorgánica que tienen y  que las hace extremadamente peligrosas para uso recreativo, especialmente para los niños.

Los episodios de diarreas, intoxicaciones, reacciones alérgicas y otros envenenamientos que no son registrados por manifestarse a mediano y largo plazo, son habituales a los bañistas estivales, aunque las autoridades locales y provinciales ocultan esta información como un secreto de Estado, sometiendo a graves peligros a los veraneantes.

Las firmas mas importantes que se dedican a la faena aviar son: Las Camelias SA,  INSA, que pertenece al Grupo NOELMA, radicada en la vecina San José y Bonin Hermanos S.de H., esta última, descarga sus vertidos en el Arroyo Artalaz que desagua directamente en las playas públicas colonenses habilitadas para uso recreativo.

A estas debemos sumar la vieja conocida FANAQUÍMICA, que incluso se encuentra denunciada por la República Oriental  del Uruguay, en el contexto del conflicto por BOTNIA.

El Secretario de Ambiente de la provincia, residente de Colón y amigo de muchos de les empresarios cuestionados conoce estas infracciones desde siempre y las tolera vaya a saber porque causa y en que contexto, aunque se podrían hacer algunas conjeturas.

De cualquier manera estas irregularidades, que por ser tan antiguas podríamos calificar de crónicas, no solo caen en la esfera de responsabilidad de Raffo sino que salpican al ejecutivo provincial que no puede desconocer estas realidades.

El verano que se asoma en el horizonte propone nuevamente un escenario alentador para la industria del turismo en la provincia, pero las realidades que comenzaron a asomarse en nuestros ríos y arroyos en los últimos años, con la aparición de algas tóxicas y verdines repulsivos pronostican un fin del idilio entre los veraneantes y nuestras playas.

Estamos matando la gallina de los huevos de oro del turismo, una industria que entre otras cosas es muy reparadora socialmente, porque sus beneficios se reparten en miles de prestatarios de pequeños servicios que encuentran su medio de vida de esta forma.

De no tomarse medidas drásticas en forma inmediata, este verano el problema de la contaminación de las playas del río Uruguay será inocultable y probablemente implosionará sobre la desición futura miles de anónimos turistas, que ante la evidencia de la polución cambiarán el rumbo de sus vacaciones veraniegas hacia otros destinos.