“DESPUÉS,… ¡QUE IMPORTA DEL DESPUÉS!”

“DESPUÉS,… ¡QUE IMPORTA DEL DESPUÉS!”

(Naranjo en flor, Música Virgilio Expósito, Letra Homero Expósito)

                El Diagnóstico Ambiental 2008, un documento que se puede consultar en la página web de Fundavida, señalaba que Entre Ríos es una provincia atravesada en su historia, su naturaleza y su destino por un elemento la define, determina y condiciona: el Agua.

Rodeada, basamentada y surcada por miles de yacimientos del más valioso de los elementos que explican la vida, nuestra provincia despierta de su letargo secular al ritmo de las necesidades de un mundo globalizado que se ha pergeñado en la temible lógica del consumismo irracional que concibe el planeta como un enorme yacimiento de elementos a transformar en mercancías, en un modelo que inevitablemente lleva al agotamiento de la naturaleza y la masiva transformación de sus dones en desechos contaminados.

La ilusión que gobernaba el mundo hasta hace algunas décadas: que los recursos naturales eran inagotables, se esfumó en un abrir y cerrar de ojos, cuando los países del norte advirtieron que los stocks de elementos eran limitados y cada vez  más escasos.

La evidencia no trajo racionalidad al modelo sino por el contrario una lucha sin escrúpulos por el control de la naturaleza para subordinarla a la utilización mercantil establecida por la sociedad industrial.

Inmediatamente, los países que controlan el planeta, salieron de cacería a apropiarse a cualquier costo de lo que quedaba, siendo el agua el tesoro primordial a atesorar.

De la noche a la mañana nos vimos invadidos por el traslado de aquellas empresas cuyos procesos industriales exigen la utilización (e inutilización consecuente) de volúmenes enormes del más escaso de los recursos naturales: el agua dulce.

Para establecerlas en la región no tuvieron que desplegar su prepotencia militar como en otras geografías, les bastó con asociar económica y reservadamente a una dirigencia política ignorante y/ó cómplice que prontamente se apresuró a establecer los instrumentos legales que facilitaron el desembarco.

El motor del modelo consumista que esta agobiando el planeta se mueve en base a combustibles fósiles, y una vez agotados estos, la alternativa que han encontrado es utilizar los recursos más valiosos para el sostenimiento de la vida: el agua y la fertilidad de los suelos para producir biocombustibles, como eufemísticamente llaman a esta suprema irracionalidad.

Es evidente que 7.000 millones de seres humanos exigen un uso extremadamente racional y sensato de la capacidad de generar alimentos, presente y futura, para sostener la vida.

Pero como las decisiones no las toman lo sabios sino el “mercado” el agua y la fertilidad son también elementos a incorporar a la oferta consumista hasta su agotamiento.

Entonces resulta que hoy, nos parece natural que en la provincia del Agua, la que está “entre ríos”, la de “todos los verdes” que ofrece la naturaleza, un litro de agua confiable para beber se venda más cara que un litro de vino, ó de nafta.

Los poderosos vienen por nuestro tesoro fundacional y los responsables de protegerlos se apresuran a allanarles el camino con planes de acople a este destino de destrucción y agotamiento.

La Secretaría de “Ambiente Sustentable” de la provincia anuncia sus planes a futuro desde la tribuna de la Unión Industrial de Entre Ríos, en un inequívoco mensaje de cuál será la lógica y los intereses que se aplicarán para la utilización de nuestros dones naturales, y ahora se anuncia un plan  de aumento de la producción agropecuaria basado en la implementación masiva del riego artificial, asociada al modelo productivo de agricultura industrial que está devastando la fertilidad del planeta y aniquilando la biodiversidad.

Plan que por supuesto conllevará a la contaminación a escala industrial de nuestras disponibilidades del más valioso elemento para la  vida, el Agua, con que la naturaleza y la geografía nos han favorecido tan generosamente.

Total, como dicen los hermanos Expósito en su letra inolvidable:…”después… ¡qué importa del después!”

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